Recomendación literaria: Me alegro de que mi madre haya muerto

Unas memorias desgarradoras e hilarantes de Jennette McCurdy, protagonizada por iCarly y Sam & Cat, sobre sus luchas como ex actriz infantil, incluidos los trastornos alimenticios, la adicción y una relación complicada con su madre dominante, y cómo retomó el control de su vida.

Jennette McCurdy tenía seis años cuando tuvo su primera audición como actriz. El sueño de su madre era que su única hija se convirtiera en una estrella, y Jennette haría cualquier cosa para hacer feliz a su madre. Así que estuvo de acuerdo con lo que mamá llamó "restricción de calorías", comiendo poco y pesándose cinco veces al día. Soportó extensos cambios de imagen en casa mientras mamá reprendió: "Tus pestañas son invisibles, ¿vale? ¿Crees que Dakota Fanning no tiñe el suyo?" Incluso fue duchada por mamá hasta los dieciséis años mientras compartía sus diarios, correo electrónico y todos sus ingresos.

En I'm Glad My Mom Dieed, Jennette relata todo esto con un detalle inquebrantable, justo cuando narra lo que sucede cuando el sueño finalmente se hace realidad. Elegida en una nueva serie de Nickelodeon llamada iCarly, se ve empujada a la fama. Aunque mamá está extasiada, enviando correos electrónicos a los moderadores del club de fans y poniéndose de pila con los paparazzi ("¡Hola Gale!"), Jennette está plagada de ansiedad, vergüenza y odio a sí misma, que se manifiestan en trastornos alimenticios, adicción y una serie de relaciones poco saludables. Estos problemas solo empeoran cuando, poco después de tomar la delantera en el spin-off de iCarly Sam & Cat junto a Ariana Grande, su madre muere de cáncer. Finalmente, después de descubrir la terapia y dejar de actuar, Jennette se embarca en la recuperación y decide por primera vez en su vida lo que realmente quiere.