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ANÁLISIS DE LA DECADENCIA DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS EN MÉXICO (Luis Donaldo Ramírez Robles)

Escrito por Tamma Dalama, Universidad Mundial. en Lunes, 10 Diciembre 2018. Publicado en Revista Tamma dalama, Revista Universitaria Tamma Dalama, Tamma dalama, Tamma dalama, Universidad Mundial, Universidad Mundial, Universidad Mundial BCS

ANÁLISIS DE LA DECADENCIA DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS EN MÉXICO

Analysis of political party decay in Mexico.

Luis Donaldo Ramírez Robles*

 

 

Luis Donaldo Ramírez Robles, mexicano, realizó estudios de licenciatura en contaduría pública en la Universidad Mundial. Actualmente estudia la Maestría en Derecho en la Universidad Mundial.

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Resumen

La presente obra de investigación surge por la inquietud personal de señalar una situación creciente en México, la emergente pérdida de confianza y credibilidad de los partidos políticos. Este artículo habrá de puntualizar algunas de las razones por las cuales la ciudadanía tienda a desconfiar de los partidos y a desmoralizarse en la participación de un ejercicio democrático. Por otro lado, también se puntualizarán algunos puntos respecto al financiamiento de los partidos políticos y cómo es que éstos, desde mi punto de vista, deberían desaparecer gradualmente, esto en búsqueda de preservar y hacer eficiente la forma en que los presupuestos públicos son utilizados.

Actualmente los partidos políticos atraviesan una crisis de credibilidad, y esto se atribuye a la falta de congruencia y de respeto en su actuar por parte de los partidos. La historia de la política en tiempos modernos de México ha arrojado resultados democráticos poco usuales. México hoy día cuenta con una política que tiende a desentenderse de los partidos políticos, y ello de cierta manera facilitaría mi propuesta de una desaparición gradual de su financiamiento, limitando sus actividades a apoyos de simpatizantes y a espacios informativos garantizados por instituciones electorales con autonomía de los mismos partidos, y sin fines de lucro, actividades meramente pro democráticas.

 

Introducción a los partidos políticos

México es una república federal compuesta por 32 estados autónomos y su poder supremo se divide en tres poderes, legislativo, ejecutivo y judicial. Cada uno de los tres poderes es representado o ejercido de manera distinta, el legislativo por el congreso de la unión, el ejecutivo por el presidente de la república y el judicial por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y sus tribunales federales. Distinguiéndose del resto el poder judicial no tiene a sus dirigentes legitimados por el voto, como es el caso del poder ejecutivo y legislativos, cuyas cabecillas son designados por la vía del sufragio. En este sentido apartaríamos el análisis del poder judicial de esta investigación por no estar vinculado al ejercicio directo de la democracia, ya que no son elegidos vía elección popular.

El medio predilecto para acceder a los puestos públicos de tanto el poder ejecutivo como el legislativo por la vía democrática son los partidos políticos. Anteriormente los partidos políticos significaban la única forma (monopolizada) de acceso al poder, sin embargo, hoy día con la ahora reconocida figura de las candidaturas independientes ese monopolio ha dejado de existir.

Pese a lo anterior los partidos políticos siguen siendo el medio idóneo o más funcional para acceder al poder, esto por sus estructuras y evidentemente por sus presupuestos, mismos que brindan una amplia ventaja sobre las candidaturas independientes.

 

Pérdida de confianza en partidos políticos

Los partidos políticos y su continua participación en todo tipo de ámbitos en el país son la causa del desencanto que existe en las personas por los mismos. Es una realidad que los partidos han quedado mucho a deber a sus simpatizantes, militantes y a la ciudadanía en general. En México existen ciertos requisitos para formar un partido político, uno de ellos es la simpatía de la gente

Es el actuar de los políticos y sus partidos los que ocasionan la pérdida de la confianza en ellos. Sus amplios historiales de corrupción y de impunidad. Existe un alejamiento entre los ciudadanos y los partidos, ello lo pudiéramos identificar como una crisis o problema de legitimidad o representatividad. Es muy sencillo ubicar el hartazgo e incredulidad de la gente, basta con preguntarle por los partidos políticos, las respuestas contendrán connotaciones negativas, palabras despectivas y señalamientos desaprobatorios.

Pérdida del monopolio de los partidos políticos

En 1977 se estableció́ expresamente en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos la existencia e importancia de los partidos políticos, reconociéndoles una naturaleza específica como entidades de interés público. (Rosa Adriana Figueroa Álvarez, Regulaciones del financiamiento de los partidos políticos en México, 2007, pág. 2. Bibliodigitalibd.senado.gob.mx). Desde entonces, o hasta el inicio del siglo XXI los partidos políticos mantenían controlado el camino de ascenso a los puestos de elección popular.

Jorge Castañeda Gutman ocupó el puesto de Secretario de Relaciones Exteriores del año 2000 al 2003 (https://Jorgecastañeda.org), curiosamente el mismo cargo que detentó su padre en el sexenio de López Portillo, en este caso Castañeda Gutman lo hacía en el gobierno panista de Vicente Fox. Al poco tiempo de dejar el puesto como secretario de Estado, Castañeda Gutman anunció su candidatura por la presidencia de la república, para las elecciones de 2006.

El 5 de marzo de 2004 Castañeda presentó al director ejecutivo de prerrogativas y partidos políticos del entonces IFE, una solicitud de inscripción como candidato independiente a la presidencia de México en las elecciones que se celebrarían el 2 de julio de 2006. El IFE respondió un 12 de marzo del mismo año con una negativa, diciendo que no podría ser inscrito debido a que la constitución mexicana disponía ¨Los partidos políticos tienen como fin… hacer posible el acceso de los ciudadanos al del poder público, ¨ y que el código federal de instituciones y procedimientos electorales establece que corresponde exclusivamente a los partidos políticos solicitar el registro de candidatos a cargos de elección popular. (Sentencia caso Castañeda Gutman vs Estado Unidos Mexicanos, por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, 6 de agosto de 2008, http://Corteidh.or.cr)

Tras la negativa Jorge Castañeda decide iniciar un proceso judicial, que al igual que la solicitud y el recurso de apelación resultarían en una negativa, que daría como resultado la solicitud del mismo Castañeda Gutman a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. La Comisión decide remitirlo a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, y tras años del juicio la Corte resuelve a favor del quejoso y ello en gran medida dio como resultado la aparición de las candidaturas independientes en nuestro país, debilitando en cierto grado a los partidos políticos. (Caso Castañeda Gutman vs Estados Unidos Mexicanos, Sentencia del 6 de agosto de 2008, pág. 2)

La Constitución Política de lo los Estados Unidos Mexicanos en su artículo 35 contiene después como resultado dentro de los derechos del ciudadano (https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/3080/explicacion_ampliada_reforma_politica_electoral.pdf) el siguiente texto: Poder ser votado para todos los cargos de elección popular, teniendo las calidades que establezca la ley. el derecho de solicitar el registro de candidatos ante la autoridad electoral corresponde a los partidos políticos, así como a los ciudadanos que soliciten su registro de manera independientey cumplan con los requisitos, condiciones y términos que determine la legislación. (Art. 35, Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 2018). En este caso ya incluye, tras la modificación constitucional resultado del caso Castañeda Gutman, dentro del texto constitucional el registro de candidatos no solo por la vía de los partidos políticos, sino que reconoce también las candidaturas independientes, desapareciendo así el monopolio de acceso al poder público de los partidos.

 

Fallida representación de la voluntad del pueblo

La democracia representativa, es el tipo de democracia en el que el poder político procede del pueblo, pero no es ejercido por él sino por sus representantes elegidos por medio del voto. (Berlín Valenzuela, Francisco. Diccionario de Términos Parlamentarios, 1997, pág. 241).

La posibilidad de ser representado políticamente, o de gobernar por medio de representantes es un derecho fundamental. Que debe de respetarse y ser legitimado por un trabajo digno de quienes representan a la ciudadanía. El desarrollar el papel de forma corrupta o indecorosa significaría una falla de la representación política de quienes les votaron democráticamente.

El concepto de representación política está estrechamente relacionado con la idea de democracia así como a las ideas de justicia y libertad. Las constituciones modernas han organizado sus Estados en la forma representativa de gobierno y tanto se ha valorizado el concepto de representación que ha pasado a ser la forma generalizada de participación popular. (Miguel Ángel Garita Alonso, Democracia representativa en el Estado mexicano, pág. 284, 2011).

Uno de los temas que más han lastimado la credibilidad del pueblo en los partidos políticos es la respuesta de los mismos cuando estos alcanzan un puesto de elección popular, el cual debería significar y legitimar las decisiones del pueblo, sin embargo, es bien sabido que los ¨representantes¨ de la ciudadanía hacen una representación poco legitima de las necesidades y requerimientos de la ciudadanía. (Caso Duarte es uno de tantos ejemplos, Por Diana Lastiri, 25/05/2018 para El Universal, http://www.eluniversal.com.mx/nacion/seguridad/vinculan-proceso-javier-duarte-por-tres-acusaciones-de-la-fiscalia).

La democracia es el gobierno del pueblo por el pueblo. Sin embargo, pese a que la democracia quiera decir gobierno del pueblo. (Borea 2003, 347). Y es triste el ver como las masas son manipuladas de tal suerte que es fácil conseguir su voluntad y así acceder al poder, sin embargo, se puede combatir esta situación informando a la gente, concientizándole y educándole, como se ha venido haciendo en países como Suecia. (https://www.nacion.com/opinion/foros/el-modelo-sueco/bwdl2tm5tnc3flzqfuc7phjrh4/story/).

La participación directa de los ciudadanos en la mayor parte de la toma de decisiones es la característica principal de la democracia antigua (Sartori 2009, 59). Sin embargo, por motivos evidentes de crecimiento de las sociedades el mantener las democracias directas era casi imposible, quizá hoy día sea más posible por los grandes avances de las TICs (tecnologías de la información y la comunicación), quizá en un futuro sea posible ver de vuelta la democracia directa al menos de forma parcial para la toma de decisiones.

El cargo público se asocia directamente con la función pública constitucional, típica y temporal que, en casi todos los sistemas democráticos actuales, puede y debe desempeñar aquella persona habiendo satisfecho los requisitos legales al participar en elecciones generales ganó la mayoría de los sufragios emitidos, calificados y declarados válidos. Persona que por este hecho debe y asume legalmente el ejercicio de la representación popular que la faculta para actuar, obligar y decidir cómo mandatario conforme a la ley, por y en nombre del pueblo. Existe una gran variedad de cargos de representación popular, cuyas denominaciones son, entre otras: Presidente, Gobernador, Alcalde, Prefecto, Mayor, Alguacil, Intendente, Comisario, Representante, Diputado, Senador y Presidente Municipal. (Berlín Valenzuela, Francisco, Diccionario de términos parlamentarios, 1997, pág. 107).

Conforme a la definición del diccionario de Berlín Valenzuela puedo decir que creo existente una ausente representación del pueblo, no hay en México un sistema político en donde los que ejercen un cargo público lo hagan tomando en cuenta al ciudadano y eso es lo que ha venido dañando la relación ciudadano-representante desde mi personal punto de vista, aunado a los grandes niveles de corrupción que estos mismos representantes tienen.

En respuesta a esta omisa representación los ciudadanos mexicanos responden en las pasadas elecciones practicando un voto de castigo buscando una respuesta diferente por parte de quienes deberían representarles, habrá de esperar de qué forma le regresan el favor a quienes les otorgaron el mandato. Caso evidente las elecciones del pasado periodo 2018.

Dicen que los pueblos tienen los gobiernos que les corresponden y pienso que eso es lamentablemente cierto. Mientras las personas sigan votando por diputados sin un grado académico, por senadores sin conocimientos de derecho, por gobernadores que desconocen la función pública y por presidentes con antecedentes de corrupción el país no puede avanzar, y la democracia representativa de representativa no tendrá nada.

La pobre representación de la ciudadanía

México, como la mayoría de las democracias modernas ejerce la misma de forma indirecta, por medio de la democracia representativa. Las democracias representativas mayormente en los Estados latinoamericanos tienen un alto grado de desconfianza, esto debido a que las mismas no son ejercidas de manera legítima, los representantes que podemos ubicarlos como diputados, senadores, presidentes y gobernadores. Digo que de forma ilegítima debido a que estos no representan a quienes les votaron, a los mandantes, y por otro lado los únicos intereses que representan son los propios, de sus superiores, o de la corriente de su bancada, conforme al partido político de su procedencia.

Es la ausente representación de los ciudadanos lo que conlleva a que estos tiendan a desconfiar de sus representantes en conjunto con los partidos políticos, que son los que llevan a los mandatarios a sus sillas.

Considero que en todo el mundo las personas no empatan con los partidos políticos porque en todas partes cada vez más estos partidos se dedican más a ganar elecciones, a ganar dinero y recursos de diversa índole, que a hacer política y a administrar de forma correcta el gobierno.

En nuestro país yo no veo que exista ni una derecha, ni una izquierda, los partidos que dicen serlo colgándose la bandera de cada una de estas inclinaciones políticas no son congruentes, por ejemplo: En las pasadas elecciones de 2018 fuimos testigos de una burla a la lógica política, partidos de izquierda en alianza con partidos de derecha. Vimos a un partido de ideas liberales pro aborto, en alianza con un partido sumamente conservador totalmente contra el aborto, partidos de ideas sumamente distintas. (https://animalpolitico.com, diciembre 13 de 2017).

En México los partidos políticos y sus ideas que generaban arraigo o simpatía con los partidos desaparecieron o simplemente nunca existieron. El pasado periodo de elecciones del mes de julio de 2018 nos enseñó cómo es que puede ser más importante un personaje político que un partido, y como el personaje puede hacer al partido cuando anteriormente era al revés y eran los partidos políticos los que formaban a sus personajes y los proyectaban para ser votados.

Costo de las elecciones

Las elecciones en México representan un gasto sumamente elevado, no solo en el financiamiento de los partidos políticos, sino también en la organización de las mismas elecciones y sus instituciones como el Instituto Nacional Electoral, los tribunales electorales y la fiscalía electoral.

Tan solo en las elecciones de 2018 el INE aprobó un presupuesto para los partidos políticos por un monto de 6,788,900,016 pesos, eso solo de recursos federales. A la cifra hay que agregar las prerrogativas por entidad federativa. (León A. Martínez, El Economista, 22 de agosto de 2017). Ello representa el presupuesto más alto de la historia que el Estado mexicano ha destinado a financiar la política. Esos elevados y millonarios presupuestos pueden ser utilizados para muchas otras acciones de impacto social, sin lastimar el sentido democrático de la nación. En ese sentido es que desapruebo los financiamientos de los partidos políticos con el dinero que los contribuyentes pagan para mantener los gastos de nuestro país, desde mi perspectiva es injusto el ¨patrocinar¨ a los partidos políticos.

Financiamiento de partidos políticos

El propósito del financiamiento público es garantizar un nivel de recursos suficiente para que la competencia electoral sea eso: una competencia entre distintas opciones con oportunidades reales de conquistar gobiernos o espacios de representación parlamentaria y no un ritual con ganadores y perdedores predeterminados. (Woldenberg K. José, Relevancia y actualidad de la contienda, Dinero y contienda político-electoral. Reto de la democracia. México, 2003. P. 21).

El financiamiento público a los partidos políticos en México es cada vez más elevado, tan solo en las pasadas elecciones federales de 2018 se destinaron 6,788,800,016 pesos, eso solo de recursos federales, habría que sumar a ello las cifras de cada una de las entidades federativas para dimensionar el gasto.

Desapruebo el financiamiento público a favor de los partidos políticos, en virtud de que le considero innecesario para nuestros tiempos. Pienso que en esta etapa de nuestro país se puede tener una democracia sin necesidad de tener que costear a los partidos políticos para que pavimenten su camino al poder.

Uno de los objetivos principales del financiamiento público es el garantizar que los partidos políticos cuenten con recursos cuya procedencia no sea ilícita, que no provenga del crimen organizado ya que ello pudiera significar una situación de inestabilidad futura.

Es verdad que en México existe un modelo mixto de financiamiento a los partidos políticos, ya que existe la posibilidad de obtener financiamiento por parte de sus simpatizantes, militantes, precandidatos y candidatos.

En nuestro país, por ley es válido que los partidos recurran al financiamiento privado, pues se entiende que la tarea de recaudar fondos les permite afinar sus puentes de contacto con la sociedad y que es derecho de los ciudadanos dar su respaldo a un partido no sólo a través del voto sino de aportaciones. (Córdova, Lorenzo y Ciro Murayama, op. Cit. P.27). Ello en búsqueda de garantizar el derecho de los mexicanos a participar en la política del país.

 

Comparación con elecciones estadounidenses

La financiación en nuestro país vecino se hace a través de donaciones de ciudadanos y la mayor parte de la recaudación se presume es utilizada para atacar la imagen del adversario. Las campañas electorales en Estados Unidos de América se financian por medio de donaciones realizadas por los ciudadanos. Estas aportaciones voluntarias están supervisadas por la Comisión Electoral Federal, y no pueden ser superiores a 2500 dólares, que serían alrededor de 47000 pesos mexicanos, aunque es posible burlar dicho límite legal por medio de una institución privada. (http://Transition.fec.gov).

Mi postura es totalmente a favor del financiamiento privado de los partidos políticos, persiguiendo la idea de que no se utilice el recurso del Estado, que pudiera ser destinado a otras acciones, como pueden ser programas de vivienda y apoyos al deporte que a su vez significaría un decrecimiento en los niveles de inseguridad.

Se ve un panorama más libre en cuestión de aportaciones privadas a las campañas en Estados Unidos de América y pienso que se pueden tomar esas ideas, para posteriormente de forma gradual se reduzcan los presupuestos públicos en los particos políticos hasta desparecerlos por ser innecesarios.

Interesante también es analizar la forma en que los estadounidenses aportan al financiamiento ¨Público¨ de las elecciones, pienso que se pueden retomar estos modelos e ideas y aplicar en México. ¨Los fondos de financiamiento público son recolectados cuando los contribuyentes seleccionan en su declaración federal de impuestos la casilla que indica que están de acuerdo con donar $3 al Fondo de las Elecciones Presidenciales. Seleccionar esta casilla no significa que sus impuestos serán más altos o que su reembolso será menor. Únicamente designa que $3 de los impuestos que usted ya ha pagado por este fondo. ¨ (http://Gobierno.usa.gov).

 

Impacto de las redes sociales en la vida política

Con la creciente corriente de las redes sociales en todo aspecto de la vida social se facilita la difusión de información, de propuestas, de ideas, mismas que deberían aminorar los costos de las propagandas de los partidos políticos.

Pienso que las redes sociales son y deben ser un cambio positivo en las sociedades, así también en las elecciones. Las redes sociales deben suponer una disminución de los costos de la difusión de las campañas electorales y por ende un descenso de los presupuestos a los partidos políticos.

Según INEGI un 50.9% de los hogares en México cuenta con conexión a internet, más de la mitad, pero otro dato nos dice que el 63.9% de la población es usuario del internet. Lo que es importante es que todas estas cifras se encuentran en crecimiento constante, y es un medio masivo de difusión de información. (http://INEGI.org.mx)

México se encuentra por encima del promedio de América Latina en el uso de social media, con un alcance de 98.2% de los usuarios de internet. México es el país con mayor alcance en sitios de redes sociales a nivel mundial. El contenido que más se comparte en México son las noticias, seguido de contenidos de televisión y por debajo temas relacionados con la comida y bebida. Los mexicanos encuentran en las redes sociales una alternativa de información frente a lo que presenta en los medios tradicionales. (Forbes México, julio 31 2014). De 2016 a 2017 el uso de redes sociales en México aumentó 13%, es una cifra muy significativa que seguirá al alza en los próximos años. (wearesocial.com, fecha de consulta 17 de agosto de 2018).

Por lo anterior es que sigo diciendo que las redes sociales pueden representar un cambio en la política mexicana y la forma en que esta se financia. Con el crecimiento de su uso cada vez es menos necesario el pagar tiempos de radio y televisión para propagandas electorales.

Conclusiones

México debe desprenderse de la idea de tener que mantener a los partidos políticos, y a su vez los partidos deben de aprender a realizar sus actividades sin recibir dinero del Estado para alcanzar sus fines. Los partidos políticos deben de buscar soluciones que no están tan ocultas como se podría pensar, la política debe de dejar de ser tan costosa se debe abandonar la idea de derrochar dinero en las elecciones para obtener el voto de la gente.

De acuerdo con We Are Social, (http://wearesocial.com) más de 200 millones de personas adquirieron su primer dispositivo móvil en 2017, mientras que dos tercios del planeta ahora cuentan con un teléfono móvil. A su vez, en Norteamérica ya un 88% de las personas utiliza internet, mientras que en Centroamérica 61%, sin embargo, son cifras que están en crecimiento a nivel mundial a un estimado de un 7%. Todo esto representa una forma de difundir ideas, compartir información, hacer conocibles las propuestas de candidatos y muchas más funciones útiles.

Ya en el pasado periodo electoral muchos fuimos testigos de la presencia de propaganda política en las redes sociales, así también con noticias referentes a las actividades políticas y quizá no tan políticas de los candidatos. Por supuesto habría que verificar que la información que se comparte sea fidedigna. Cualquier persona con una cuenta de Facebook pudo darse cuenta que las redes sociales son una plataforma perfecta para compartir ideas y propuestas, se observó una amplia participación de la gente y gracias a ello una gran cantidad de votantes tuvieron la oportunidad de conocer más a fondo las propuestas y las trayectorias de los candidatos, todo ello preserva y fortalece la democracia en nuestra nación.

Los partidos y sus candidatos deben buscar convencer a los votantes y deben ganarse su confianza para obtener un puesto de elección popular, pero una vez obtenido ese puesto los antes candidatos deben cumplir sus propuestas y hacer un papel de representación digno, para así mantener esa confianza e incrementarla. Ello a su vez resultará en la continuidad política de ese personaje y de su partido de militancia pudiendo crear de esa manera un ciclo en donde los beneficiados son los gobernados.

No habrá mejor forma de legitimar un gobierno que la calificación de la gente por medio del voto. Entiendo que una forma de desprecio hacia un candidato o un partido político es castigándole con el voto en las elecciones siguientes, ejemplo de ello la mayoría de las elecciones a partir del siglo actual. Los ciudadanos exigen con justa razón y sus representantes políticos deben responder. Los tiempos en que la política es un medio de acceso ideal a la riqueza deben terminar, es momento de un fortalecimiento de la política y desvincular su concepto con la corrupción y las malas administraciones, todo ello brindará como resultado mayor patriotismo. Quizá el único problema será para la gente, pues ya no podrá justificar sus incumplimientos tributarios diciendo ¨De todos modos se lo roban y no lo aplican. ¨

 

Bibliografía

Berlín Valenzuela, Francisco, Diccionario de términos parlamentarios, Primera edición, por el Comité del instituto de investigaciones legislativas. 1997.

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 2018 y 2003. Emitido por la Cámara de diputados, a través de su sitio web www.diputados.gob.mx

Córdova, Lorenzo y Ciro Murayama, Regulación del financiamiento de los partidos políticos en México y otros países. Instituto de investigaciones legislativas del senado de la república. Cit. P.27, agosto de 2007.

http://Forbes.com.mx , julio 31, 2014.

http://Gobierno.usa.gov , consultada a 16 de agosto de 2018.

https://animalpolitico.com, diciembre 13 de 2017

http://INEGI.org.mx Consultada en agosto de 2018.

http://Jorgecastaneda.org Consultada al día 18 de agosto de 2018.

http://Transition.fec.gov Consultada al día 18 de agosto de 2018.

http://Wearesocial.com ., New York, consultada a 15 de agosto de 2018.

León A. Martínez, El Economista, 22 de agosto de 2017.

Miguel Ángel Garita Alonso, Democracia representativa en el Estado mexicano, Seminario de Teoría del Estado. Editorial UNAM.  31 de agosto de 2011.

Rosa Adriana Figueroa Álvarez, Regulaciones del financiamiento de los partidos políticos en México, Revista del Senado Núm. 2, 2007.

Sentencia caso Castañeda Gutman vs Estado Unidos Mexicanos, por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, 6 de agosto de 2008.http://Corteidh.or.cr

Woldenberg K. José, Relevancia y actualidad de la contienda, Dinero y contienda político-electoral. Reto de la democracia. México, 2003. P. 21.

 

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