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Revista Tamma Dalama: APROXIMACIÓN A LA FORMACIÓN DE LÍDERES HUMANISTAS, escrito por Lorena Burguillos Ciarletta

Escrito por Tamma Dalama, Universidad Mundial. en Lunes, 08 Octubre 2018. Publicado en Revista Tamma dalama, Revista Universitaria Tamma Dalama, Tamma dalama, Tamma dalama, Universidad Mundial, Universidad Mundial, Universidad Mundial BCS, Universidades, Universidades en BCS, Universidades en Los Cabos, Vinculación Universidad Mundial

Lorena Burguillos Ciarletta

Licenciada en Comunicación Social

Maestría en Imagen y Comunicación Institucional (proceso de tesis)

Maestría en Desarrollo Humano y Social (en curso)

 

Mucho se ha escrito sobre liderazgo en la actualidad, un tema que despierta el interés tanto por parte de los empresarios como de los académicos. Probablemente sean tres las razones. La primera debido a la importancia del liderazgo para el buen funcionamiento de las empresas y las organizaciones; la segunda,  la propia complejidad inherente al liderazgo, a su riqueza tanto teórica como práctica y finalmente, al papel del liderazgo en el desarrollo económico y social de nuestros países, sin obviar el liderazgo educativo. El liderazgo se convierte, así, en objeto de análisis y revisión permanente.

A pesar del volumen de información, caben las preguntas ¿realmente entendemos en qué consiste el liderazgo? ¿Dónde se encuentran estos nuevos líderes que tanto demanda la sociedad? ¿Podemos formar líderes o es una cualidad nata? A lo largo de este escrito trataremos de responder a éstas y a otras interrogantes que surjan.

Según Álvarez de Mon[1] hay que hablar de liderazgos y no de liderazgo. Esta consideración obedece a que, a pesar de que se identifica al liderazgo con puestos de alta dirección, también existen liderazgos en otros niveles, como el liderazgo compartido entre dos personas y el de los equipos. Por su parte, Carlos Moreno[2] expresa que los liderazgos se caracterizan por su capacidad de “conducir” a otros en la consecución de unos objetivos, estén relacionados a empresas o a instituciones de otra índole, generando en éstas cada vez más la necesidad de integrar el liderazgo como una fortaleza organizacional.

Más recientemente se ha acuñado el término liderazgo humanista, el cual, deriva de un principio: la empresa u organización es una comunidad de personas que gira en torno a la realidad “persona”, puesto que está constituida fundamentalmente por personas. El liderazgo se ejerce desde la persona y va dirigido hacia las personas, por tanto el liderazgo humanista está fundamentado en la persona.

Podemos trasladar esto a la filosofía que inspira la creación de la Universidad Mundial, cuyo objetivo fundamental es “formar hombres y mujeres integrales en sí mismos, con habilidades y destreza profesionales, con espíritu crítico, creativo, con sentido innovador, con visión humanista y altamente competitivos, solidarios y comprometidos con el desarrollo de su comunidad, especialmente con los sectores menos favorecidos, conscientes de las necesidades de su entorno nacional e internacional”. ¿Estamos entonces dispuestos a debatir sobre el futuro del reto del liderazgo para la universidad vinculado a la creación de un nuevo humanismo para el Siglo XXI?. Y, justamente nosotros, como figuras de enseñanza, tenemos la responsabilidad de formar a estos líderes capaces de desarrollar sus habilidades para que logren influenciar su entorno y proponer un futuro deseable.

El cuestionamiento sobre si el líder nace o se hace es una de las discusiones que acompañan al liderazgo. John Kotter[3], considera que el liderazgo puede ser una mezcla de ambas: existen personas que parecen ser líderes naturales, pero que en realidad han aprendido a desarrollar sus propias capacidades de liderazgo a lo largo del tiempo y de la experiencia, mientras que otro grupo de personas tienen ciertas limitaciones para definir lo que quieren y pueden hacer en la vida, pero que, bajo ciertas condiciones logran alcanzar algún tipo de liderazgo. Esto sobre la base de que el liderazgo es también un proceso susceptible de aprendizaje y que el gran verdadero desafío radica en cómo es desarrollado ese potencial de liderazgo por cada individuo. Nuestro reto como docentes es buscar en nuestros alumnos ese potencial y orientarlo hacia el logro de un liderazgo de corte humanista.

Puesto que una empresa o institución es una realidad humana, creada por el hombre y para el desarrollo de los hombres, sea una comunidad, una sociedad o un país, es necesario conocer algunos aspectos claves del liderazgo humanista. Así, los buenos líderes conocen sus cualidades como personas, comprenden bien sus debilidades y fortalezas. En su acción directiva ponen en funcionamiento sus fortalezas y buscan en otras personas o equipos el complemento para sus limitaciones, siendo la humildad una condición indispensable de su manera de proceder. Kets de Vries [4] añade a la humildad otras dos “h”: la humanidad y el humor, en lo que él llama las tres “h” del liderazgo.

Una particularidad del liderazgo humanista es la capacidad de enseñar a los demás. El líder humanista es pedagogo, practica con el ejemplo, con lo que genera credibilidad y confianza, aspectos fundamentales para que los demás aprecien el valor de las acciones humanas; muestra voluntad y perseverancia, trasmitiendo seguridad en lo que hace.

Otra cualidad es su capacidad para ilusionar a la gente, es decir la motivación vinculada al liderazgo. Como han escrito Boyatzis, Mckee y Goleman (2002) despertar la pasión por el trabajo es, sin duda, importante, pero para el liderazgo humanista hay un reto mayor: dotar de sentido al trabajo de los demás. Aunado a ello, está la capacidad de cambio, lo que tiene una explicación antropológica, pues el hombre es un ser dinámico, en constante “movimiento”. El cambio es, pues, inherente a la condición humana.

Además, el líder humanista se sabe prescindible, lo que conlleva a que prepare a fondo a aquella persona o personas que puedan relevarle. Su sentido de la responsabilidad le lleva a actuar de este modo.

El liderazgo humanista incluye además dos aspectos en su actuación, cuales son el coraje y el carácter, pues se requiere tener un carácter consolidado para ejercer liderazgo. Especialmente en el caso de la actividad empresarial, con mucha frecuencia se deja de lado la dimensión propiamente humana de las empresas. Quizás, en este nuevo siglo las personas empiecen a ocupar un lugar más predominante dentro de las organizaciones. No olvidemos que el liderazgo humanista está enfocado en las personas de la empresa u organización y que buena parte del éxito que pueda tener, tendrá que ver con la manera en que se establezcan las “relaciones” entre las mismas.

En este punto es necesario introducir la importancia de la comunicación. Pocos dudan hoy en día de la creciente importancia de la comunicación en el mundo de las empresas y organizaciones. Ella permite un mayor calado de los mensajes, pues facilita la fluidez de los contenidos. Como dice Bennis [5],“…los líderes de éxito serán quienes tengan, no la voz más potente, sino el oído más fino y presto”. El líder humanista sabe que la comunicación empieza escuchando a sus interlocutores, prestándoles realmente atención, dedicándoles el tiempo necesario. Además, uno de los aspectos más resaltantes que se busca en los nuevos líderes es la capacidad de analizar la información y resolver problemas, todo ello íntimamente vinculado con la comunicación.

Volviendo a la propuesta de alcanzar a través del liderazgo educativo un enfoque humanista en la educación del Siglo XXI, un factor clave en este proceso será la comunicación, la cual está implícita en la esencia misma del liderazgo. Nos encontramos en una época que requiere capital humano prometedor, capaz de asumir e incluir retos y desafíos que transforme las organizaciones haciéndolas no sólo más productivas, sino más humanas, de allí que se requiera que, en nuestro rol de educadores, podamos dar la orientación adecuada para alcanzar esas metas.

No obstante, si la pretensión es que eduquemos a estos líderes del mañana con una visión humanista, es imperante que nosotros como docentes en el proceso de comunicación educativa tengamos en cuenta que todo alumno debe explorar y desarrollar ese sentimiento de autorrealización que tanto caracteriza al Humanismo. Obviar el hecho que todo individuo está influenciado por factores biológicos y psicosociales, y en consecuencia son éstos los que direccionan las metas que el individuo se propone, sería continuar colaborando con un modelo de educación alejado del Humanismo.

Bien lo afirmaba Abraham Maslow “la conducta humana puede ser explicada como la motivación para satisfacer necesidades” y la clasificó en cinco categorías; fisiológicas, de seguridad, afiliación, reconocimiento y autorrealización. Es allí donde debemos poner el enfoque en nuestras nuevas generaciones; si éstas logran definir cuáles son sus necesidades al tener cubiertas las más básicas, su autoestima, aceptación y sentido de permanencia se encontrarán satisfechas.

 

 

 

Pero más allá de entregarles las herramientas necesarias a nuestros jóvenes para que jerarquicen y satisfagan sus necesidades, es brindarle la libertad de decidir qué tipo de líderes quieren ser. Recordemos que Carl Rogers[6] en su Teoría de Crecimiento Personal se basaba en el principio humanista de que si la gente recibe libertad y apoyo emocional para crecer, puede desarrollarse en un ser humano pleno. Coincido con Rogers en que las corrientes que imponen nuestros sistemas educativos e incluso sociales, están muy alejadas del desarrollo de la autoestima. Hemos sido víctimas del afecto positivo condicional que recibimos de los demás, explicaba Rogers, se nos dice qué hacer y pensar y si no vivimos de acuerdo a las normas, se nos critica y castiga, trayendo como consecuencia que desarrollemos una baja autoestima.

Ahora bien, cómo conectar la formación en las escuelas de educación superior con el liderazgo humanístico. Para ello presentaremos algunas reflexiones que puedan ayudar a establecer esa conexión, presentadas por Amalio Rey[7]. Muchos planes educativos incluyen asignaturas relacionadas con el humanismo, el enfoque, en muchos casos es fragmentado, lo que produciría a una separación inconsciente entre el yo-empresarial y el yo-humanista. Es por esto, que se plantea la posibilidad de un modelo educativo integral que transforme la experiencia formativa desde una perspectiva humanista. Ello implicaría el desarrollo de nuevas competencias, actitudes y mentalidades.

Sería relevante considerar la investigación de calidad, para que exista hondura y armonía en el diseño curricular en el nuevo enfoque Humanista de la educación. No se trata de transmitir un discurso basado en tópicos morales y recetas obvias sin una argumentación que lo respalde.

Habría, además, que reflexionar si tiene sentido fomentar las humanidades por su utilidad en el campo de los negocios, o si esa conexión debe dotarse de otro significado. Por ello Rey propone una formación humanística-práctica, lo que significa dedicar tiempo a concebir un modelo educativo que ponga en evidencia la utilidad práctica de las humanidades. Hay que abrirse a superar la jerga dogmática que ha hecho del Management una disciplina acartonada y previsible.

Un eje clave de este proyecto formativo consistiría en la mezcla de saberes y perspectivas provenientes desde fuera, donde se estimule el espíritu crítico, donde se incorpore más el aprendizaje en vivo, en el campo de los problemas reales de las organizaciones y menos en estudios estructurados de casos en el aula de clases. Debemos poner a los alumnos ante dilemas reales, situaciones complejas y paradójicas, que obliguen a poner a prueba su sentido de la ética y la responsabilidad.

Sería incauto negar la complejidad de los distintos aspectos que hay que tomar en cuenta para el abordaje de un modelo educativo que forme reales líderes con sentido humanístico, no es para nada tarea fácil, pero indudablemente bien valdría la pena abrir la discusión.

 



[1]Experto en liderazgo y comportamiento organizacional. Doctor en Ciencias Políticas y Sociología, Universidad Pontificia de Salamanca. MBA, IESE, Universidad de Navarra. Licenciado en Derecho, Universidad Complutense de Madrid.

- ÁLVAREZ DE MON, Santiago, “El líder en la empresa y en la sociedad: cultura, valores y cambio” en Varios, Paradigmas del Liderazgo. Claves de la dirección de personas, Editorial McGraw-Hill, Madrid, 2001.

[2] Colaborador con el IECO desde la Universitat Ramon Llull de Barcelona. Investigador del liderazgo ético, y sus consecuencias deontológicas. Actualmente es investigador principal del Grupo de Investigación “Organización, Persona y Cambio” del Departamento de Psicología de la Universitat Ramon Llull. Doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación por la Universidad de Barcelona, y Licenciado en Filosofía y Letras por la misma universidad. También es Diplomado en Teología por la Facultad de Teología de Cataluña.

- MORENO PÉREZ, Carlos María, Liderazgo Humanista y Acción Directiva. http://www.ebenspain.org/docs/Papeles/X/Morno.pdf

[3] Reconocido como uno de los más influyentes promotores del liderazgo y pensamiento estratégico Se convirtió en una referencia obligada de la gerencia durante la década de los noventa. Su educación académica se desarrolla en las universidades de mayor prestigio mundial Universidad de Harvard, Harvard Business School, Instituto Tecnológico de Massachusetts. Actualmente es consultor y profesor de la Universidad de Harvard.

KOTTER, John,  Qué hacen los líderes, Editorial Gestión 2000, 2000.

[4]Autoridad Líder en Liderazgo es profesor de la clínica de desarrollo de liderazgo en INSEAD, posee la Cátedra Raoul de Vitry d'Avaucourt como Presidente de Desarrollo de Liderazgo. Es el Director del Centro Mundial de Liderazgo del INSEAD, Director del programa del Seminario de Dirección del INSEAD, y del Reto del Liderazgo.

- KETS DE VRIES, Manfred , La conducta del Directivo, Editorial Deusto, 1997.

[5]  Warren Bennis asesor de cuatro presidentes de Estados Unidos: Kennedy, Johnson, Carter y Reagan, autor de más de veinte libros sobre liderazgo. Actualmente es un distinguido profesor en Administración de Negocios y presidente fundador del Leadership Institute en la Escuela de Negocios Marshall de la Universidad del Sur de California. Además, es un reconocido investigador en Thomas S. Murphy y académico invitado en el Center for Public Leadership de la Escuela de Negocios de Harvard.

- BENNIS, Warren; Dirigir personas es como adiestrar gatos: sobre liderazgo, Editorial Centro de Estudios Ramón Areces,2000.

[6] Influyente psicólogo en la historia estadounidense, quien junto a Abraham Maslow llegaría a fundar el enfoque humanista en psicología. Estudió en la Facultad de Agricultura en la Universidad de Wisconsin-Madison, que luego abandonó para emprender estudios de Teología.

[7] Profesor de Economía de la Empresa y de Dirección Estratégica de la Tecnología. También impartió formación en varios programas de post-grado Consultor y estratega. Director en eMOTools

 

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