Revista Tamma Dalama: ARTÍCULOS SOBRE LA SALUD (Dr. Manuel Servín Carreón)
ARTÍCULOS SOBRE LA SALUD
Dr. Manuel Servín Carreón[1].
Y entonces…¿qué es la salud?
Se me ocurrió esta pregunta, como marco de referencia para mis aportaciones siguientes, pues seguramente habrá diferencias conceptuales y pragmáticas sobre el tema. El concepto de salud que aprendí en la facultad de medicina y que he ratificado día con día y hasta lo he enseñado a mis alumnos, parte de los fundamentos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde su fundación: “La salud no es solo la ausencia de enfermedad, es el completo bienestar biológico, psicológico y social”. Entendí que estar sano es contar con un cuerpo capaz de moverse sin dificultad, sin dolor, sin fatiga y que me permita enfrentar y vencer los retos diarios de la vida y que en ese cuerpo radique una mente sana, es decir, que mis pensamientos sean positivos hacia la vida, que busque la felicidad interior sin hacer daño a lo y los que me rodean, buscando siempre la superación en una sana disciplina conmigo mismo. Que me permita darme cuenta de que no estoy solo en este mundo y que comparto con otros seres humanos y con otras especies y formas de vida mi entorno, que soy tan dueño de él, como ellos. Sin embargo, al pasar del tiempo me he encontrado que para mucha gente la salud tiene otra connotación, así por ejemplo, los medios masivos de comunicación (o de comercialización) nos han vendido la idea de que, la salud es un producto de consumo, que se puede adquirir comprando y consumiendo vitaminas, cremas mágicas, píldoras antioxidantes y otros productos farmacéuticos o naturistas. Para otros, la salud es algo que se puede hacer crecer con el uso de aparatos maravillosos que substituyen el duro ejercicio mediante estimulación eléctrica o pequeñísimas rutinas que se pueden practicar aun viendo la TV. Otro grupo de personas acepta que la salud es un servicio que se compra, y que basta con tener un seguro médico de gastos mayores, para estar sanamente protegido. A final de cuentas, dicen algunos, la mente lo cura todo, por lo tanto, serán suficiente unas sesiones de alguna de esa disciplinas orientales que se han puesto de moda (que además cualquier persona las puede practicar), para reestablecer el equilibrio de la energía, enderezar el aura, y ya estuvo. En fin, hay cosas que no acabo de entender, lo que si me queda claro, es que la salud de los seres humanos que yo conozco y que desde hace ya mas de 40 años hemos trabajado juntos para que se conserven sanos, sigue dependiendo de llevar una vida sana, estoy convencido que la salud no es un estado es un proceso que se construye día con día, alimentándose bien, haciendo ejercicio, evitando el consumo de drogas, conviviendo inteligentemente con los demás, cuidando nuestros pensamientos, ejercitando nuestros buenos sentimientos y sin engañarnos a nosotros mismos. Creo que es la única manera de lograr la utópica definición de la OMS: “El completo bienestar físico, mental y social”. En fin, es solo una reflexión producto de mi conceptualización del mundo, ojalá que les ayude en su entendimiento a comprender ¿qué es la salud?
Los sentimientos y la salud.
Para ser sanamente felices, necesitamos tener una apreciación sana de la vida que nos haga sentir bien. Este sentir, tiene que ver con nuestra vida afectiva, a la percibimos como emociones y sentimientos. Las emociones son sensaciones de euforia que surgen de manera sorpresiva, muchas veces desencadenas por algún estímulo, algo que nos pasa, como una sorpresa, generalmente son de corta duración y pueden ser agradables o desagradables, son reacciones un tanto instintivas, y nos producen cambios en nuestro organismo, como secreción de algunas hormonas, aumento del ritmo cardiaco, se nos pone la piel “chinita”, etcétera. Todos hemos tenido emoción por algo y sabemos lo que se siente. Por otro lado, los sentimientos son sensaciones parecidas a las emociones, pero de larga duración y más que instintivos son aprendidos y están relacionados con experiencias previas, con nuestros valores y temores. Tienen que ver con la forma como vemos la vida y las situaciones que en ella se presentan, están mediados por nuestros pensamientos y los juicios sobre lo que sucede y toman en cuenta lo que nos ha sucedido antes y sus consecuencias. Por lo tanto, hay sentimientos buenos y malos. Igual que las emociones, los sentimientos también ocasionan cambios en nuestro cuerpo y sus funciones, la diferencia es que éstos son de mayor duración y a la larga pueden provocar daño. Aclaremos esto con más detalle, los sentimientos buenos estimulan algunas funciones de nuestro organismo, pero tienden a ser positivas, se secretan endorfinas que son substancias que estimulan favorablemente nuestras funciones cardiovasculares y cerebrales. Esto ocurre cuando pensamos positivamente y nos emocionamos por lo que vamos a hacer o estamos haciendo como ayudar a alguien, lograr una meta, sentir amor, disfrutar de un paisaje, hacer planes de un anhelado viaje, ver crecer a nuestros hijos, etc. Por otro lado, los sentimientos malos también estimulan funciones de nuestro organismo, pero de manera negativa, como el aumento de secreciones de ácidos gástricos, las hormonas que elevan la tensión arterial, los neurotransmisores que aumentan la contracción muscular y otras más, perdurando por el tiempo que tengamos estos sentimientos aunque no nos hagamos consientes de ellos, por lo que traen como consecuencia lo que conocemos como enfermedades psicosomáticas que se manifiestan por dolor de cabeza constante, acidez gástrica (agruras), hipertensión arterial, dolor de cuello y espalda, entre otros. Pero además de las enfermedades psicosomáticas y todas sus molestias, los malos sentimientos nos mantienen de mal humor, dificultan nuestra comunicación hasta con nuestros seres queridos y nos hacen la vida pesada. ¿Cuáles son estos malos sentimientos? El odio, el rencor, la desconfianza, la envidia, los malos deseos hacia otros, ver los defectos de los demás, en fin, todos aquellos pensamientos negativos que nos hacen sentir emociones desagradables y permanentes. Qué podemos hacer para evitar tener malos sentimientos. Los expertos recomiendan, primero conocerse a sí mismo, es decir, hacer un análisis de conciencia y descubrir qué pensamientos nos amargan, atormentan y nos hacen tener malos sentimientos, luego, reflexionar qué nos ha ocasionado que tengamos ese sentimiento negativo hacia esa persona o situación, en muchas ocasiones, son cosas sin importancia o que ocurrieron hace ya mucho tiempo, después, pensar cómo podemos deshacernos de ese mal sentimiento, lo mejor es perdonar y perdonarnos a nosotros mismos. La receta es sencilla, hacerlo es un poco más complicado, se requiere primero darnos cuenta que en realidad tenemos malos sentimientos y que nos están afectando o están afectando a los que nos rodean y luego disponer de la inteligencia suficiente para entender que si le tenemos coraje o envidia a alguien, los afectados somos nosotros y no la persona a quien odiamos o envidiamos, recordemos el dicho “el que se enoja pierde”. Es mejor tener pensamientos y sentimientos buenos y positivos para vivir sana y felizmente. Albert Einstein dijo “la vida es 10% lo que ocurre y 90% cómo la vemos e interpretamos”, hay que verla objetiva y positivamente, aceptando que tiene sus variaciones, pero que así la tenemos que vivir y no por esas cosas nos vamos a dejar de querer. Espero que esta pequeña reflexión nos ayude a vivir con una mejor salud emocional.
Nuestra salud en cifras (carga por la enfermedad).
En ocasiones anteriores hemos platicado de qué nos enfermamos más frecuentemente en nuestra comunidad, en México y en el mundo, también de los factores de riesgo que nos llevan a contraer cierto tipo de enfermedades o a perder la salud plena. Hoy quisiera trasladar el problema de las enfermedades una disciplina que se conoce como “Economía de la Salud” y que trata, entre otras cosas, de cuantificar el Coste de la salud-enfermedad para optimizar los recursos económicos, decir, de la salud económica de la enfermedad. Son muchos los indicadores que se utilizan para medir la llamada “Carga de la enfermedad” para abreviar, solo tocaremos los más generalizados y estos son: APMP (años de vida perdidos por muerte prematura), es decir, los años que le quedamos a deber a nuestra comunidad por morirnos antes de alcanzar la edad de esperanza de vida promedio, los AVISA (años de vida saludables perdidos) o sea, por vivir enfermos, y los AVD (años vividos con discapacidad). En un reciente estudio dirigido por el Dr. Julio Frenk que analiza de 1990 a 2013, demuestra que, en nuestro país, las principales causas de APMP son: Cardiopatía isquémica, Diabetes mellitus, enfermedad renal crónica, enfermedad cerebrovascular, EPOC, cirrosis hepática, Alzheimer, enfermedad respiratoria baja (pulmonía), accidente en vehículo de motor y homicidios. Las causas de AVISA son: Cardiopatía isquémica, enfermedad renal crónica, Diabetes mellitus, cirrosis, accidentes por vehículos de motor, homicidios, anomalías congénitas, enfermedad cerebrovascular, EPOC, neumonía. Por AVD: Depresión, Lumbalgia, Diabetes, Hipoacusia por edad, trastornos musculo-esqueléticos, ansiedad, anemia y otras. En 2016 el sector Salud en México gastó 3 872 millones de dólares en atención médica directa de Diabetes (la padecen 10.5 millones de mexicanos), sin contar la atención médica indirecta, es decir, de complicaciones que se clasifican aparte, como sería la enfermedad renal crónica. La causa de daño a la salud más frecuente y de muerte prematura en México es la enfermedad isquémica (la padecen 8 millones de mexicanos). Por ejemplo, la esperanza de vida al nacer para los sudcalifornianos actualmente es de 75 años para el hombre y de 76 años para la mujer, por lo tanto, si un hombre muere por un IAM a los 50 años, nos queda a deber 25 años, de los cuales, cuando menos 15, habrían sido de vida productiva (en B.C.S. el 17.5 % sobrepasa los 65 años de EVN). La enfermedad renal crónica, que generalmente es complicación tardía de la Diabetes y/o de la Hipertensión arterial, la padecen más de 120 mil personas en nuestro país, el IMSS atendió el año pasado a 52 mil pacientes en los servicios de hemodiálisis, 30 % de ellos están en espera de un riñón para ser trasplantados, el costo promedio por sesión es de 16 mil pesos. En lo que se refiere a AVD, B.C.S. junto con otros 8 estados están a la cabeza, juntos se llevaron el 45.7 % de los años vividos con discapacidad de todo el país. Qué hay del cáncer, González-León y col. Estudiaron el peso de la enfermedad por cáncer en la población del IMSS a 2016, el cáncer representó la quinta causa de carga de enfermedad en derechohabientes del IMSS, no de muerte (16.72 AVISA/1000 derechohabientes). El 75% de la carga de enfermedad por cáncer en cada delegación se debe a diez cánceres específicos entre los que destaca el cáncer de mama, que ocupa el primer lugar de importancia en 82% de las delegaciones. Los cánceres de próstata, tráquea, bronquios y pulmón, leucemias, de colon y recto, así como el de estómago, se ubican entre las segundas y cuartas posiciones en cada delegación. Con excepción del cáncer de mama y de próstata, los AVISA fue superior a 50%, en los demás cánceres la mayor contribución fue debida a la mortalidad prematura, en algunos superior a 90% de los AVISA; en 2014 el costo total de tratamiento del cáncer representó el 26 % del gasto total de medicamentos, aproximadamente 56 280 millones de pesos. Cuáles son los factores de riesgo que nos llevan a padecer estas enfermedades y a gastar tanto dinero en su atención: Hiperglicemia 13.2 %, sobrepeso y obesidad 12.3 %, hipertensión arterial 8 %, consumo de alcohol 7 %, consumo de bebidas azucaradas 6.5 %, consumo de carnes procesadas 6 %, consumo de tabaco 5.8 %. Estos factores han desplazado por mucho, lo que en décadas pasadas 50’s eran las enfermedades infecciosas y parasitarias (algunas todavía son importantes), para dar paso a lo que ahora llaman las enfermedades de la pobreza, sí, de la pobreza cultural. Y qué ha encarecido tanto la atención a la salud, en el sector público, la ineficiencia administrativa (corrupción), que ha impedido aplicar verdaderos programas de prevención de estas enfermedades, por intereses económicos de unos cuantos y un esquema de educación para la salud no compartido con las instituciones educativas, mucho menos con las familias. En el sector comercial, la pauta que marca la evolución del conocimiento mal interpretada por las áreas operativas, que son dirigidas por las empresas productoras de tecnología, la cual no se produce en México, por lo tanto, se compra muy cara por ser de importación, tanto la tecnología como el conocimiento registrado. Por último agreguemos la información sesgada y/o tendenciosa que se anuncia por los medios de comunicación e internet como productos milagro y que le apuestan al tan malvado y peligroso dicho: “Un perdido a todas va…” espero que aquí no tengamos ningún perdido.