Se ensució la sucesión
Siempre existió la posibilidad de que quisieran descarrilar el proceso electoral, a punto tal, de que se fueran tensando las cosas y que para abril esto fuera un caos violento y se dijera “que no había las condiciones”, para que se aplicara el 29 de la Constitución que más o menos dice:
En los casos de invasión, perturbación grave de la paz pública, o de cualquier otro que ponga a la sociedad en grave peligro o conflicto, solamente el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, de acuerdo con los titulares de las Secretarías, los Departamentos y la PGR y con aprobación del Congreso y, en los recesos de éste, de la Comisión Permanente, podrá suspender en todo el país o en lugar determinado las garantías que fuesen obstáculo para hacer frente, rápida y fácilmente a la situación; pero deberá hacerlo por un tiempo limitado, por medio de prevenciones generales y sin que la suspensión se contraiga a determinado individuo…
Pero se decidió por una estrategia proterva con los trapaceros y mala para la democracia marchita. Optaron por atomizar a los partidos y a las formaciones o alineaciones e incluso a los propios precandidatos y a los ingenuos, digo, a los “independientes”. No sólo se trataba de neutralizar y desparasitar a Andrés Manuel López Obrador quien se situó en primer lugar desde finales del primer año del gobierno saliente, cuya popularidad declinaba cada vez más, sino de engarrotar al resto de los suspirantes, incluidos los del PRI a quienes les salieron con la batea de que se había contratado un outsourcing que les permitiría evitar “impuestos”.
A los del PAN simplemente les mandaron un espejo de esos que hay Chapultepec que hacer ver grandes a los chicos, flacos a los gordos y viceversa y así todos se vieron distorsionados y acabaron cantando Burundanga con Celia Cruz: Songo le dio a Borondongo, Borondongo le dio a Bernabé, Bernabé le pegó a Muchilanga le echó a Burundanga les cinchan los pies. Es decir, todos contra todos. Empezando contra Anaya que desde las esferas del poder le dejaron caer a los medios de comunicación con “investigaciones” sobre sus propiedades y las de su familia, luego desmoronaron a Zavala, y a Moreno Valle y luego les inocularon a ellos mismos que todo era fuego amigo. Resultado, no solo la división sino la confrontación y unos acabaron besándole los pies al PRD que a su vez no se cuece al primer hervor y entonces les mandaron a la peor de las tentaciones: Mancera y sus guajiros. Otra vez el mismo truco del outsourcing. Ni PRI ni PRD tenían a nadie mínimamente arregladito para ir al baile y entonces ficharon a José Antonio Meade Kuribreña y a MAME.
Algo no salió bien, puesto que Anaya Puchilanga no acepta a Mancera Burundanga y se ensució el chiquero y todas las zahurdas empezaron a gruñir. Las PYMES electoreras ya se habían adherido como lapas así que no tienen ningún problema. Dicen los abogadillos: lo accesorio corre la suerte de lo principal y la fauna de acompañamiento no tuvo problema, sin embargo en el PRD surgieron voces muy patrióticas diciendo MAME o muerte y en el partido de Pancho Cachondo dijeron con Ricky Ricón hasta el panteón. Es conmovedor ver cuán bravos y leales son los partidócratas como Ivonne Ortega del Xtabentun.
Los demás, como Osorio, Narro, Nuño, De la M, Moreno Valle y otros de cuyo nombre no quiero acordarme, dijeron que no hay problema que ellos se conforman. A los de Zongolica sólo les quedan dos opciones: Videgaray y López Obrador. Prefieren perder con cualquiera de ellos dos que ganar con alguno otro. La sucesión ya se ensució y feo.