Serendipia: LA ASTROFÍSICA Y EL GUITARRISTA DE QUEEN
En las Islas Canarias, en una de ellas, Tenerife, hay una serie de telescopios potentes, cerca del Volcán del Teide, en una punta cercana se levantan unos diez telescopios espaciales. Casi todos los países europeos han construido telescopios en convenios internacionales de las universidades más prestigiadas. El más antiguo es el Carlos Sánchez de la Universidad de Gran Canaria; está también el Vaccum Towertelescope de la Universidad de Friburgo; El Gregor Telescope, de un consorcio alemán; El Optical Ground Station, de la Agencia Europea del Espacio; El laboratorio Solar, entre otros está el Bradford Robotic Telescope, del Reino Unido, a donde fue Brian May a terminar su tesis. Las condiciones inmejorables de la isla, como se puede ver, son propicias para la observación espacial y para la investigación de May que versa acerca de la luz zodiacal.
En 1971 había dejado en suspenso un trabajo que actualizó y terminó 35 años después. Desde muy pequeño May tuvo dos pasiones, la guitarra y la astronomía. Armaba bandas en el garaje de su casa mientras devoraba libros de astronomía. Con el baterista Roger Taylor armó la banda Smile que llamó la atención de algunos rockeros, especialmente de un excéntrico vocalista, Farrokh Bomi Bulsara que alcanzaba registros sorprendentes, además le daba los teclados; luego se uniría al grupo John Deacon, un bajista sobrio, callado, excelente músico. Brian May había fabricado su propia guitarra -la “Special Red”- la manipulaba de tal manera que alcanzó un sonido único. Los cuatro podían combinar el sonido metalero con el rock progresivo, además podían incorporar a la música bellísimos coros con similitud operística, el excéntrico vocalista cambió su nombre por el de Fredy Mercury y a la banda la lanzaron con el nombre de Queen.
Los cuatro estudiaban carreras universitarias por lo que evitaron las giras al inicio de los setentas. May, había entrado al doctorado en astrofísica; Taylor terminaba la carrera de odontología; Deacon de ingeniería electrónica y Mercury, ilustración y diseño. Sin embargo, fue tanta la presión por las grabaciones, las giras y los contratos que los elementos de Queen se lanzaron de lleno a la música. Habían sacado su primer álbum “Shee Heart Attack” con el que llamaron la atención internacional, al año siguiente estaban en los cuernos de la luna con “A Night at the Opera”. Nunca imaginaron tener una larga carrera, mucho menos que habrían de vender más de 300 millones de discos y serían superfamosos, incorporados inmediatamente al Salón de la Fama y a ocupar el lugar número doce entre las estrellas del Hard Rock.
Queen reinó los ochentas y los noventas en Reino Unido, luego en todo el mundo. Su sonido especial que se diferenciaba del resto le produjo legiones de fans y coleccionistas. Sus canciones sorprendentes con letras hechas para agregar coros fabulosos hicieron de Queen lo que es hoy, una banda de culto. Brian May elaboró algunas composiciones basadas en su interés por la astronomía. “39” es una melodía de May basada en el hecho de que si en un viaje a través del espacio a la velocidad de la luz, se regresara a la tierra, aquí en el planeta habrían pasado generaciones, mientras para el viajante sería un solo instante. “Muchos años se han ido, sin embargo soy más viejo pero un año, los ojos de tu madre desde sus ojos me llaman”-dice la rolita con reminiscencias del folk rock
Sumamente creativo, Brian May llega a hacer prodigios con su guitarra e incluye otros instrumentos como el toy koto –guitarra japonesa- para “Prophet’s song”, incluye arpa en “Love of my life”; en “Good Company” imita con su guitarra los sonidos de las grandes orquestas del dixiland, otras veces usó el ukulele o guitarra hawaiana. En alguna ocasión, estaban en el estudio de grabación cuando inició una fuerte tormenta, May sale a grabar las resonancias que se agregarían “Dead on time”. Muchos de estos sonidos, los expertos creían que se hacían con sintetizadores, algo que usaron casi al final de la banda que inició con la muerte de Freddy Mercury.
Brian May se había aficionado a la astronomía desde niño, cuando veía en la tele el programa “Night sky” que condujo desde los sesentas un científico divulgador como fue Sir Patrick Moore. Después de estudiar la licenciatura en física, había dejado, desde 1971, en suspenso la tesis doctoral. Así, inicia su residencia en Tenerife en 2006 y empieza la tesis que se titularía: "Radial velocities in the zodiacal dust cloud" (Velocidad radial en la nube de polvo zodiacal). Nervioso se mostraba Brian May antes del examen recepcional el 8 de agosto de 2006. Tenía mucho miedo de no ser aprobado, “sería un fracaso resonante” –decía May, sin embargo, los sinodales quedaron satisfechos con su trabajo y otorgarían el grado de doctor en astrofísica al maravilloso guitarrista. -Pueden llamarme de doctor May- decía- Me siento cómodo usando el título porque trabajé por él - declaró el guitarrista a la BBC News.
Al siguiente año, Brian May trabajó en el libro “Big Bang! The Complete History of The Universe” junto con su admirado Sir Patrick Moore y el astrofísico Chris Lintott. Creemos firmemente que hay algo que no ha sido logrado antes, y es un recuento exacto de toda la historia del universo, desde el 'big bang' hasta el presente" - dijo el autor de "We Will Rock You" y "The Show Must Go On". Y eso es lo que intenta explicar en su obra de 192 páginas, de la cual espera que inspire a una nueva generación de astrónomos y amantes del Universo.
Sir Patrick Moore murió hace algunos meses, es probable que May se haga cargo del programa Night Sky y que siga maravillándonos con los prodigios del universo porque -Como guitarrista- decía alguien medio en broma, medio en serio, ya nos ha hecho ver las estrellas.