Smartphones: ¿Realmente son necesarios?
Vivimos en una época de transiciones y evoluciones, donde la tecnología nos convierte en sus esclavos, facilitando la comunicación con cualquier persona, desde la parte en donde te encuentres. Atrás han quedado los momentos en que se pagaba una tarjeta telefónica o se llenaban de monedas los aparatos ubicados en cada esquina para hablar. De hecho, hasta el E-Mail está transitando tanto, que está listo para exhibirse en un museo virtual. Del correo tradicional ni hablar, excepto la paquetería.
Un gran porcentaje de la población cuenta ya con algún aparato celular y una gran minoría, un smarthpone. Se le denomina “teléfono inteligente” a aquel aparato que posee una gran variedad de aplicaciones, memoria interna, cámara fotográfica y de video, internet con redes sociales y mensajería instantánea “gratuita”. Algunas aplicaciones surgidas últimamente en el sistema operativo Android, usadas por millones en Latinoamérica, me hicieron pensar en ciertos riesgos que una persona corre al usar, por ejemplo la aplicación “FourSquare”.
El GPS de un teléfono inteligente donde muestra su ubicación, incluye cualquier parte del mundo. Las compañías telefónicas pueden ubicarlo mediante su sistema, pero ahora, con FourSquare, el mismo usuario hace alarde de su vida social y privada mediante esta nueva aplicación social. Personas desconocidas se enteran de la ubicación de cualquier usuario, ya sea, domicilio, oficina, restaurant, cine, supermercado o casa de algún amigo.
Mencionando algunas aplicaciones, la mensajería instantánea se volvió una necesidad en común, por ejemplo WhatsApp, que hoy en día, tiene un gran dominio y millones de usuarios por todo el mundo. Otras no tan usadas, pero que poco a poco se van adentrando al mercado como Viber, WeChat, Chat On, LINE o FaceTime en iPhones, se vuelven muy interesantes, aunque hablando de México, no son tan exitosas como WhatsApp o Skype.
¿Qué es lo que realmente pasa por la mente de los usuarios cuando se dan de alta y comienzan a compartir su vida privada con desconocidos? En Facebook por ejemplo, al subir una fotografía aparece la opción de “etiquetar” al usuario que aparece; esto hace suponer, que facebook contiene un filtro o scanner para identificar quién es la persona de la foto. En lo personal, me parece una actividad muy sospechosa, hasta tenebrosa.
Más allá de los riesgos que podríamos correr al compartir nuestra vida en las redes, son los costos de dichos aparatos. El público consumidor, realmente no tiene la cultura financiera como para saber cuándo sí y cuándo no adquirir un Smartphone. Los precios son exorbitantes en celulares de alta gama, prestigio y calidad, tal es el caso de los más famosos de la época como iPhone de Apple, Galaxy de Samsung o los mismos LG.
Y hablando de precios, ¿Realmente algunas aplicaciones son gratuitas? Obviamente no, jamás, ¿usted cree que las grandes compañías telefónicas permitirían que el mundo se comunique y ellos perder un gran ingreso? Estamos de acuerdo en la negativa. Para poder tener módem con su WEP KEY o señal WiFi, se necesita pagar una mensualidad. Para tener acceso a las aplicaciones de comunicación instantánea, hay qué pagar un plan de renta o activar datos desde el móvil.
Sólo hay dos maneras de accesar gratuitamente al servicio de redes, obteniendo la señal WiFi de algún vecino, pero éste sigue pagando, o en otro caso, existen ya algunos smartphones que se pueden configurar, a tal grado que la aplicación WhatsApp funciona, sin necesidad de clave WiFi ni conexión de datos.
Los smartphones nos ofrecen una oportunidad de comunicarnos al instante, pero ¿son realmente necesarios para la vida cotidiana, laboral y social?