Tallas XL
Baja California Sur, especialmente La Paz y Los Cabos, son ya noticias internacionales en materia de alteraciones de la nutrición, la alimentación y la distorsión de la masa corporal. La obesidad o la gordura, pues.
Uno tiene que arriesgarse: es muy difícil escribir sobre este tema sin herir susceptibilidades, e incluso, sin rasguñar los derechos humanos de los afectados por el sobrepeso, la obesidad o la apariencia adiposa, o tal vez el sufrimiento de las familias y los seres queridos de quienes padecen de esa gordura que se ha convertido en un grave problema de salud pública.
Este flagelo, de la acumulación anormal o excesiva de grasa, es perjudicial para la salud y es importante entender que la Organización Mundial de la Salud diferencia estas dos características mediante la medición del índice de masa corporal (IMC), que es la relación entre el peso y la talla que se calcula dividiendo el peso de una persona en kilos entre el cuadrado de su talla en metros.
Por ejemplo, si usted mide 1.60 metros y pesa 80 kilos, al dividir 80 entre 1.60 al cuadrado le dará un factor de 31 y para la OMS el sobrepeso es cuando usted tiene un IMC igual o superior a 25 y padece obesidad si ese IMC es superior a 30 como en este ejemplo que ponemos. En el caso de los niños y jóvenes es un poco más difícil establecer los índices de sobrepeso y obesidad.
El hecho es que México padece un grave problema de obesidad, de la que han fallecido 2 millones de personas en diez años. El INEGI tiene información contundente al respecto, que nos coloca en uno de los más altos niveles del mundo, a grado tal, que la tercera parte de nuestra población sufre de esta situación que afecta dramáticamente a los niños en niveles nunca vistos y eso doloroso para los padres de familia, para los hermanos y para las propias creaturas.
No sólo es un asunto de nutrición distorsionada, sino que está vinculado al tipo de componentes que le agregan a la alimentación del ganado vacuno, aviar, porcino y, ya a estas alturas, las propias granjas camaronícolas y piscícolas causan también un efecto que agrava el que generaron las cifras de consumo de bebidas embotelladas y de la llamada comida chatarra.
Está clarísimo que no son los niños los culpables o responsables de esa ingesta deletérea, que tantos traumas les ocasiona, sino que somos los padres y las autoridades al permitir que se expendan productos que generan sobrepeso, obesidad y hábitos prácticamente adictivos, como sucede con las bebidas alcohólicas que consumimos los adultos y que nos tienen en una situación preocupante, a tal nivel, que tenemos el primero o segundo lugar ya en obesidad de adultos en el mundo y, lo más preocupante, es tener el primero en obesidad infantil, incluso, México llega a estar por encima de USA en consumo de refrescos con cifras superiores a los 5 mil millones de litros al año.
Por si fuera poco, este año se redujo el presupuesto para el control del sobrepeso, la obesidad y la diabetes. No podemos callar. La obesidad genera diabetes, hipertensión y todo tipo de enfermedades cardiovasculares, ocasiona problemas laborales y una baja autoestima y depresión entre sus víctimas o en las parejas de las diversas edades. No olvide esto por favor: el niño obeso, tiene 80 % de probabilidades de serlo en la edad adulta. Pida ayuda.
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