Taller de la serpiente: EL VIENTRE DEL RENCOR
No se odia mientras se menosprecia.
No se odia más que al igual o al superior.
Friedrich Nietzsche.
Te recuerdo
ovillado en el rincón del llanto.
Deseando que amainara la noche,
renegando del silencio
que daba voz al grito y la violencia
en la eterna oscuridad de tu infancia.
Te sueño
rasgando los nudillos
contra el muro,
quemándote la piel
en el intento idiota de lastimar al mundo.
Te veo
tratando de matarme
desde el simulacro del suicidio,
ansiando quebrar el futuro
hundiéndote
en el pasado seco del naufragio.
Te odio
por no tener el valor de ignorarme,
por no huir de mis peores arrebatos,
por ser fiel a mi derrota y aplaudirla.
Te odio
y es por eso que abrazo tu silencio
y recupero la piel que aún me queda
y entrego el aliento a un horizonte presentido
y siembro valor
y acumulo pequeñas victorias en el pecho.
Desde este odio compartido
veo tu reflejo en mi presencia
veo mi reflejo en la sombra que anclo a diario a mi veleta
y es que al vivir
voy matando tu presencia en el espejo.