Temas femeninos: 5 MITOS DEL AMOR ROMÁNTICO QUE DEBES IDENTIFICAR
A Coral Herrera le fascina el amor. Tanto que hizo su tesis doctoral sobre ese tema y hace cinco años fundó el Laboratorio del Amor, una comunidad virtual de mujeres de cualquier país y edad, para hablar de amor. Por este espacio de debate y reflexión ya han pasado más de mil mujeres. Pero no se trata de hablar de romanticismo en plan rosas rojas y príncipes azules, quizá incluso todo lo contrario. Porque Herrera, doctora en Humanidades y Comunicación por la Universidad Carlos III de Madrid, comunicadora y activista feminista, se enfoca en el análisis de tan magnificado sentimiento con un objetivo muy claro: acabar con los mitos románticos. “Ahora somos muchas trabajando para transformar el amor romántico, para sufrir menos y disfrutar más de nuestras relaciones”, aclara.
Por eso acá te compartimos 5 mitos del amor romántico que nos comparte Coral Herrera:
- El mito de la media naranja. Herrera asegura que esa es la gran estafa romántica. “Consiste en hacernos creer que sólo podremos encontrar la felicidad si encontramos a nuestra media naranja y fundamos una familia feliz”, explica, pero señala que “es una trampa porque las cifras de divorcios y las estadísticas sobre violencia machista nos indican lo contrario”. Lo cierto es que España se sitúa entre los 10 países con más divorcios de la Unión Europea, mientras que en nuestro país hubo 168.057 denuncias por violencia de género en 2019. “La publicidad nos sigue haciendo creer que el príncipe azul nos hará felices para siempre, pero la realidad es que en muchos hogares hay más violencia y odio que amor”, advierte la comunicadora.
- Las flechas de Cupido. En las películas o novelas románticas, parece que el dios del amor nos atrapa con sus flechas y nos vuelve locos. De repente, parece que nadie es capaz de pensar con la cabeza. Lo cierto es que nuestros cerebro se inundan de dopamina y eso nos vuelve algo locos, pero según nos recuerda la experta, “en realidad, todas nosotras podemos pensar y utilizar el sentido común”. Herrera recomienda tirar de prudencia y, por muy enamorada que se esté, “analizar si la relación de pareja nos conviene o no, tomar decisiones y cuidarnos mucho a nosotras mismas”. Dado que el amor es una droga muy potente, Herrera propone “aprender a disfrutarlo sin que nos haga daño. Amar como adultas, vigilar nuestra dosis y dejar de tomarla si no nos hace bien. La autorregulación y la sensatez son claves para cuidarnos a nosotras mismas antes, mientras y después de cualquier relación”.
- Amar (NO) es sacrificarse. Me viene a la cabeza Margarita Gautier, ‘La dama de las camelias’, de Alejandro Dumas, que se deja morir por abnegación amorosa. O Anna Karenina, que se lanza a las vías del tren porque su amante la engaña con otra y algunas movidas más. La Sirenita, por su parte, pierde su voz, a su familia y amigos, todo, por ¿amor? Ejemplos literarios de mujeres que se sacrifican por amor hay muchos. Pero para Herrera es una concepción errónea del amor y muy peligrosa. “Mi intención es que las mujeres comprendamos que amar no es sufrir, ni sacrificarse, ni renunciar a tu libertad, tus sueños, tus proyectos. Si logramos asociar el amor al disfrute, seremos capaces de dejar las relaciones en las que no somos felices, o en las que no nos saben querer bien”, explica, por eso cree que “es muy importante que las mujeres entiendan que el amor no es aguantar, y que si no hay reciprocidad y cuidados mutuos, es mejor romper una relación. Por eso invito a preguntarse: ¿me estoy divirtiendo en esta relación?, ¿estoy disfrutando?, ¿me hace feliz la persona con la que estoy?, ¿me siento cuidada? Si la respuesta es no, hay que alejarse, porque en las relaciones donde no eres correspondida se sufre mucho. Y no tenemos ninguna necesidad de sufrir”.
- El mito de la conciliación. Otra trampa, según la investigadora. “Nos animan a formar una familia feliz, pero no nos dejan cuidar a nuestras propias criaturas: en unas pocas semanas nos obligan a separarnos”, apunta. Por eso señala que muchas mujeres independientes, que gozan con sus profesiones y su autonomía económica, acaban “ejerciendo a la vez el papel de trabajadora moderna, y ama de casa tradicional”. Herrera señala a tres responsables: las empresas que no permiten conciliar, y penalizan a las mujeres, los gobiernos que apenas ofrecen ayudas y los hombres no se han incorporado todavía al sistema de cuidados. “Un día te ves sola, entre cuatro paredes, y trabajando gratis, con dos o tres jornadas laborales encima, y te dices a ti misma: esto no es como el cuento que me habían contado. Cenicienta y Blancanieves salieron de la pobreza y la explotación gracias al amor pero, ¿te imaginas si pudiéramos preguntarles a ellas cómo se sienten después de diez años de matrimonio?”
- El amor todo lo puede. Aunque es muy tentador creerlo, la verdad es que es un poco absurdo pensar que el amor, ‘tu’ amor, lo es todo. Además, puede ser hasta peligroso. Herrera señala que hay que estar atentas porque provoca que a muchas mujeres les cueste incluso identificar cuando hay que acabar con una relación. “Muchas sufrimos desde el principio, y otras siguen creyendo en el milagro romántico: ese momento de las películas en las que pasa algo y por arte de magia él cambia de opinión, o cambia su comportamiento, y se transforma en un hombre amoroso, honesto y comprometido”, alerta y advierte que las personas no cambian como en la película y tú, sin embargo, puedes estar perdiendo un tiempo muy valioso para disfrutar de la vida, la tuya. “El mito de la omnipotencia del amor nos hace creer que pese a los obstáculos y las adversidades, todo irá bien porque el amor todo lo puede. El milagro romántico nos hace creer que un día, de pronto, habrá un cambio y seremos recompensadas por haber aguantado tanto, y duele mucho darse cuenta de que no hay premio por sufrir, y que en todo caso, no compensa estar con una persona que no nos sabe querer y no nos sabe cuidar”, concluye Herrera.