Temas femeninos: ¿EXISTE EL INSTINTO MATERNAL?
Este es un tema bastante polémico, claro que existirá quienes digan que el famoso “instinto maternal” es algo innegable, parte de la naturaleza humana, un asunto de la biología femenina; y claro, también habrá quienes digan que este “instinto maternal” no es más que una construcción cultural relacionada específicamente a la mujer, algo que cada una aprende mientras crece, y que esto es una forma de control social hacia nuestro género…
¿Ustedes qué opinan?
Se supone que toda mujer, a cierta edad, está preparada para reproducirse, pero esto no significa que todas las mujeres estemos preparadas para ejercer la maternidad. Recuerden que ser madres es una decisión personal, es una elección de vida.
Creo que en nuestro tiempo es importante dejar claro que la decisión de ser madre debe estar libre de toda imposición o presión social, libre de creencias erróneas acerca de que el deseo de vivir la maternidad es algo inherente al ser mujer, o de que esta es la única forma de realizarse.
¿El instinto de tener hijos es inherente a todas las mujeres? Por supuesto que no, la maternidad es un deseo que tomará diferentes formas en cada mujer y a veces puede no darse nunca, y no hay por qué sentirse culpable o creerse mala, mucho menos juzgar a otras por esas decisiones. Cada persona, individualidad, decide cómo vivir su vida, decide cómo definirse, construirse, realizarse.
Es cierto, el instinto maternal es un vínculo afectivo muy particular, pero eso también implica que es diferente en cada mujer, y que se establece entre ella y el niño o niña tras la concepción. Es un impulso que empuja a una madre a actuar por su bebé, a demostrar su amor de formas diversas, así como su compromiso y formas de proteger; nuestro cerebro y los mecanismos hormonales que desencadena el embarazo también tienen mucho que ver con ello.
Para algunas mujeres que han sido madres, la llegada de su bebé les provoca angustia, frustraciones o miedo, una imagen lejana a la que se “supone que tienen que estar viviendo”, y entonces comienzan a interrogarse: ¿Seré una buena madre?, ¿seré capaz de atender sus necesidades y cuidarle? ¿Me van a juzgar por esto? ¿Soy una mala madre?... Otras pueden incluso vivir la experiencia desde la indiferencia, sin los sentimientos o expresiones que se esperan de ella, en estos casos creo que lo menos adecuado es martirizarse o culparse por ello; claro que si esto les hace sentir mal, lo mejor siempre será pedir ayuda profesional.
Pero es importante tener presentes que las condiciones y las formas en las que se vive la maternidad los primeros meses tienen mucho que ver con esto: el cansancio tras el parto, la falta de ganas de intimidad con la pareja, la depresión postparto, lo que implica la llegada de un bebé para el aspecto económico, social, laboral, incluso la idealización del momento provocan inseguridades que hacen pensar a la madre que no tiene instinto maternal. Hay que tener paciencia.
La maternidad es una experiencia que se construye diariamente; no llega de repente en un mar de emociones positivas. Para cada mujer es distinta, así que si no sienten que es el día más maravilloso de su vida, no se sientan culpables. Los vínculos afectivos con el bebé se irán creando poco a poco, con el contacto y con los cuidados y atenciones que le vamos a proporcionando.
¡Ámense y escúchense!