Temas femeninos: LA DIVISIÓN SEXUAL DEL TRABAJO
Recientemente se celebró el “Día del maestro”, que, quién sabe por qué, no se llama “Día de la maestra” si el 71% del profesorado en México está compuesto por MUJERES… ¿a qué se debe esta inclinación? En un mundo donde hasta la personalidad y la identidad de todos y todas está regida por los roles de género, no es de sorprendernos que también los trabajos que comúnmente desarrollamos estén predeterminados por éste.
Las antropólogas e historiadoras feministas, e incluso uno que otro hombre atento, han notado que las diferencias sociales entre los sexos humanos (es decir, el llamado “género”, que puede ser masculino o femenino) comenzaron a establecerse en el momento en que los grupos de nómadas comenzaron a hacerse sedentarios y se repartieron las labores de supervivencia de los grupos humanos en razón de los genitales: las que parían, las mujeres, debían quedarse en casa alimentando y criando a los más pequeños, mientras que los hombres debían salir a cazar y buscar los alimentos para todas y todos. La diferencia entre maternidad-caza trazó la primera etapa de lo que se convertiría en la división entre casa-mundo que tenemos todavía en la actualidad, aunque su función principal haya desaparecido hace miles de años, pues ya las mujeres trabajan, los hombres cuidan, y ni la caza ni la recolección son necesarias.
Sin embargo, un resto que nos queda de esta división es la tendencia que tiene la sociedad a inclinar a las mujeres hacia LOS CUIDADOS, es decir, una serie de oficios y profesiones relacionadas con el servir a otros y otras:
—Maestra
—Enfermera
—Trabajadora del hogar
—Estilistas
—Psicóloga
—Sobrecargo
—Trabajadora social
—Trabajadora sexual
—Terapeuta / Rehabilitadora
—Secretaria (¿a cuántos secretarios conoces? Y me refiero al oficio, no al puesto institucional)
—Atención al cliente
—Preparación de alimentos
Y obviamente, la maternidad.
Trabajos como la ingeniería civil, el manejo informático, la reparación de automóviles o la agricultura (entre muchos otros) NO requieren de sensibilidad y tacto, de hecho, muchas veces ni siquiera involucran el contacto directo con otros seres humanos, por lo que podemos denominar todo el rubro de empleos mencionados como los cuidados. Cosas sumamente necesarias para la sociedad, pero que reciben mucho menos prestigio y, naturalmente, sueldos mucho menores, que otras labores de estereotipo masculino, precisamente por ser realizadas mayormente por mujeres. ¿No te parece curioso que haya una mayoría de cocineras, pero una minoría de mujeres chef? ¿Y que haya muchos directivos de escuelas y rectores hombres, aunque la mayor parte del profesorado sea femenino? Estas son algunas de las cuestiones que tenemos que reflexionar, ¡hay que tener los ojos muy abiertos! La brecha salarial y el techo de cristal son alimentados por estos estereotipo.
Y tú, mujer, ¿a qué te dedicas?