Temas masculinos: LA SEXUALIDAD MASCULINA DESPUÉS DE LOS 60
Existe un libro de Alfred Kinsey, presentado en 1948, llamado La Conducta Sexual del Varón, donde señala que los hombres alcanzan su máxima capacidad sexual hacia los 25 años de edad, para después iniciar un lento descenso cuya variabilidad dependerá de cada individuo y sus posibilidades. Poco después, el profesor español Gregorio Marañón señaló que los hombres mayores, presentan en su proceso de envejecimiento similar al proceso de la premenopausia en las mujeres; Marañón le nombró climaterio masculino, nombre que originó bastantes críticas.
Entonces, ¿cómo podemos aproximarnos realmente al tema del envejecimiento sexual masculino?
Quizá debemos empezar hablando en términos generales del envejecimiento en los seres humanos; esta etapa de vida innegablemente se comienza un periodo de involución, de declive de ciertas habilidades y procesos; existen similitudes paradojales evidentes desde el punto de vista psicológico, por ejemplo en la adolescencia se operan una serie de modificaciones en el comportamiento que tornan a la persona en incomprensible, llena de contradicciones y claroscuros, pues se halla en el momento de la búsqueda de su identidad como persona: necesita ser y hacer. Y en el envejecimiento, de igual manera el individuo se llena de claroscuros e incomprensiones, comienzan las crisis de identidad, los problemas existenciales, los cuestionamientos morales quizá. El envejecimiento se caracteriza por una serie de cambios que suelen operarse durante una larga etapa que por convencionalismo se iniciaría a los 40 años para asentar estos cambios en forma definida entre los 60 y 65 años. Son 20 a 25 años en los cuales se operan una serie de cambios en los diversos aparatos y sistemas del cuerpo humano; en la piel, cardiovascular y pulmonar, digestivo, urinario, sensorial, sistema nervioso y aparato musculoesquelético y locomotor, y en el sexual y genital.
¿Qué pasa exactamente cuando llegamos a los 60?
Cuando el hombre asoma a esta edad, se encuentra con una serie de cambios que alteran en forma importante el género, el estilo de vida, ciertos paradigmas; algunos dejamos de ser padres para ser abuelos, dejamos de ser activos laboralmente, incluso hay quienes sienten que perdemos también cierta autoridad en casa, muchas cosas que nos significan en general una pérdida de poder, que se inicia precisamente, cuando ha estado en la cúspide de él.
Yo creo que justo por esta sensación de pérdida de poder, cuando un hombre llega a los 60, los cambios en la respuesta sexual (deseo, excitación, orgasmo) pueden disminuir o sufrir alteraciones. No debe extrañarnos. Pero no nos confundamos, lo que sí puede prevalecer es el deseo sexual, este también puede ser uno de los problemas: el resto de la respuesta sexual (erecciones, orgasmos) sí disminuyen en mayor proporción. La fase de excitación, representada por la erección, sufre modificaciones lentas o relativamente prontas, consistentes en la disminución de la rapidez y firmeza. El período refractario se alarga. Las eyaculaciones pueden disminuir y los orgasmos bajar de intensidad.
A ver, pero tampoco se alarmen, también hay que ser conscientes de que en estos cambios hay variantes individuales y cada persona constituye un modelo en sí mismo. Los factores de riesgo para que estas modificaciones se presenten, son evidentes luego de los 60 años, pero también dependerá del tipo de vida que lleven, de cómo cuiden su cuerpo y mente. El estilo y tipo de vejez dependerá de todo este síndrome también dependerá de la capacidad de adaptación que cada uno presente.
Sé que todos estos procesos nos pueden llevar al aislamiento y la depresión, pero también nos pueden situar en una actitud de suma madurez; quizá la clave sea intentar entender el proceso, captarlo, aceptarlo y vivirlo de manera tranquila, adecuada, y si es necesario con ayuda profesional. Hay que adaptarnos a las circunstancias físicas, psicológicas, laborales, familiares y sociales, y sobreponernos.
Quizá nuestra vida sexual cambie, pero siempre podremos seguir disfrutando del erotismo y la comunicación con nuestra pareja.
Fuente: https://encolombia.com/medicina/revistas-medicas/menopausia/vol-4198/meno41_sexualidad/#sthash.BayDnSfm.dpuf