Temas masculinos: MITOS Y REALIDADES SOBRE LA SEXUALIDAD MASCULINA
Sí, el tema de la sexualidad en nuestra sociedad sigue siendo un tabú, pero me da la impresión de que a veces se cree que esto es exclusivo para el género femenino, que las prohibiciones o los mitos son sólo respecto a la sexualidad femenina. Tristemente puede decir que los prejuicios, las censuras y la falta de educación son, en muchos lugares de nuestra sociedad, para la sexualidad en general.
Así que abonando un poco a cambiar esta realidad, me gustaría compartir cierta información. Les hablaré de 5 mitos que frecuentemente encuentro sobre el tema sexual.
Mito 1: Sólo un pene grande satisface a la mujer
Realidad: encuestas sobre sexualidad señalan que aproximadamente sólo 10% de las mujeres da importancia al tamaño del miembro de su pareja, y que el porcentaje restante está convencida de que su satisfacción sexual no depende de ello; incluso se señala que 98% de las mujeres opina que un pene mayor a 20 centímetros les asusta o impresiona.
El hecho de que esto les preocupe, amigos, nos dice que es verdad que pocos hombres se interesan en saber que la zona más sensible de la vagina se encuentra en los dos primeros centímetros de la entrada (vulva); de manera que un pene de apenas 6 cm. puede pasar los 3 cm. (en promedio) de los labios vulvares y llegar a los dos primeros del órgano femenino con toda comodidad.
No debemos olvidar que la vagina está compuesta por tejidos musculares que se contraen al ser estimulada, y es capaz de presionar y adaptarse al tamaño promedio del pene; igualmente, el clítoris (que se considera el punto más sensible de los genitales femeninos), reacciona directamente al tacto, lo que hace que ellas gocen esta experiencia tanto como la misma penetración.
Mito 2: La vasectomía reduce el apetito sexual
Realidad: cientos de parejas que acuden por voluntad propia a solicitar esta cirugía anticonceptiva se han abierto totalmente a disfrutar su sexualidad al saber que no corren riesgo de embarazo. La vasectomía consiste en sencilla intervención quirúrgica realizada por el urólogo, médico especializado en genitales masculinos, que requiere aproximadamente 20 minutos y la aplicación de anestesia local.
El objetivo es impedir el paso de los espermatozoides, a partir de pequeña incisión en el escroto (piel que recubre a los testículos) de entre 1 y 2 cm., en la zona donde se localizan los conductos deferentes (tubos que transportan semen) que son cortados, para posteriormente ligar las puntas y coser nuevamente el escroto.
Una vez concluida la operación, el paciente puede salir caminando y continuar con sus actividades normales, ya que el procedimiento y el periodo de recuperación no causan molestias.
Es falso considerar que durante la vasectomía se cortarán tejidos importantes en el funcionamiento del órgano viril, como algunos creen, y que ese es el primer paso para desarrollar disfunción eréctil, eyaculación precoz o algún tipo de cáncer, como el de próstata o testículos.
Lo que debemos destacar es que la producción de espermatozoides no se suspende con la vasectomía, de forma que después de la intervención quirúrgica queda almacenada gran cantidad de esperma en las vesículas seminales, por lo que es necesario que la pareja se proteja con algún método anticonceptivo durante los siguientes 15 ó 20 encuentros sexuales en los que el varón eyacule; después de éstos el riesgo se acaba.
Mito 3: Sólo con eyaculación hay embarazo
Realidad: no olvidemos que de forma natural el pene al ponerse erecto segrega líquido seminal, que lo prepara para la penetración, el cual contiene espermatozoides. Es así que al entrar el órgano a la vagina llevará espermas que en los días fértiles de la mujer pueden fecundar al óvulo, aun sin haber eyaculación. Es así que lo indicado es utilizar condón si no se conoce el ciclo menstrual de la pareja, o que ella utilice algún otro método anticonceptivo.
Mito 4: Todos debemos tener la circuncisión
Realidad: es cierto que la piel (prepucio) que cubre a la cabeza del pene (glande) cumple la función de protegerlo en la infancia de posibles ataques de virus que deriven en infecciones, y más adelante en enfermedades de transmisión sexual, sin embargo creo que no hay un consenso entre los especialistas médicos de que deba ser retirado definitivamente mediante la llamada circuncisión.
Tal es la discrepancia al respecto que se estima que en Estados Unidos 80% de los hombres están circuncidados, mientras que en Europa sólo el 5%; el total a nivel mundial se calcula en 15%. Lo cierto es que se ha comprobado que tanto los intervenidos como quienes no lo han sido, son igualmente candidatos a enfermedades infecciosas o venéreas si no guardan las precauciones debidas.
La decisión de practicar la circuncisión en menores recae en los padres.
Mito 5: Los hombres no tenemos punto G
Realidad: Desde la década de los 60´s del siglo pasado se denominó punto G femenino a un residuo de tejido que se forma desde el embrión, localizado en la pared frontal de la vagina, circundado por terminaciones nerviosas y sensibles. Su popularidad desde entonces se debe a que sabiéndolo estimular dicho tejido puede producir enorme excitación que en algunos casos se traducirá en prolongada cadena de orgasmos.
Bien, pues en años recientes se ha hablado de que el varón también tiene un punto G, igualmente de sensibilidad extrema que puede ser estimulado para desencadenar orgasmos. Se trata de la próstata, glándula que cumple importante función biológica, principalmente en la etapa reproductiva, ya que genera el líquido seminal que protege y transporta a los espermatozoides en la ruta que éstos siguen hasta el útero femenino durante el coito.
La estimulación del punto G masculino igualmente puede hacerse mediante el tacto a través del ano, desde donde se puede guiar un dedo a través de la pared frontal de su recto, aproximadamente 5 cm., hasta notar pequeño abultamiento en forma de nuez. Una experiencia de gran excitación para muchos que se atreven a probar esta técnica.