Temas para jóvenes: Y si te vas no es el fin del mundo…
¿Qué has decidido marcharte? No me dejas otro remedio que desearte lo mejor. No, no iré corriendo detrás de ti. No te pediré que te quedes a mi lado. He dado todo lo que tenía y a veces un poco más, pero si nada de lo que he hecho ha sido suficiente entonces te digo adiós. Ni siquiera te preocupes por mí, que no me quedaré llorando en una esquina; tampoco espero que te conmuevas con una tristeza que no siento. No te pediré que nos demos otra oportunidad o que rescatemos lo que queda de lo nuestro. Llorar no es lo mío, rogar tampoco lo es. No soy esa clase de mujer que cree que la vida termina cuando un amor acaba. Así que si has decidido marcharte no te preocupes por mí, no es el fin del mundo; es el inicio de uno.
¿Estar triste? No se puede estar triste cuando no hay motivos para estarlo, y definitivamente yo estaré más contenta sin ti, sin tu falta de compromiso, sin tus excesivos celos, sin ese aire de toda autoridad sobre mí que nunca tuviste, definitivamente estaré mejor sin tu indiferencia y sin tus reproches.
‘’Adiós” y “gracias”, adiós para siempre y gracias por devolverme la libertad de correr, bailar, viajar y vestirme como mejor se me dé la gana.
Ahora que lo pienso, gracias también por liberarme de tus reclamos y por devolverme la alegría de estar a solas, de disfrutar de mis amigos, de hacer mis proyectos. Ahora que no tendré que dedicar tiempo a esta relación, dedicaré mis horas para hacer realidad mis sueños.
Me duele, eso sí no lo puedo negar. Me duele tu cobardía y pensar que vas por la vida creyendo que las relaciones son productos desechables, pero, aunque me has herido sé que no hay mal que dure cien años; me siento más fuerte y más dispuesta que nunca a ser feliz y a enfrentar esta nueva etapa de la vida con la madurez que tú nunca podrás tener.
Ahora no habrá nadie que corte mis alas, no habrá quien arrugue mi alma con su indiferencia y olvido. Si has decidido irte, entonces márchate ya, vete ahora mismo que yo tengo cosas que empacar; muero de ganas de respirar aire libre de ti. Yo seguiré siendo esa mujer de la que te enamoraste y raramente quisiste cambiar algo que jamás entendí, sólo que nunca más seré para ti.