Y seguimos pidiendo la palabra: TIBIEZA
Y sin dejar de ver mis ojos, tuviste una eyaculación lenta, hirviendo de ternura. Pude sentir tu cariño salado formando un mar en mi cintura.
El secreto de este amor está en la comisura de tu boca, esa en la que anidó mi lengua una tarde que luchábamos en la mitad de mi cama.
Sigo sintiéndote en cada palabra que no has dicho.
Mar.