TRATO DE RECORRERME AHORA
Trato de recorrerme ahora, de
reconocer algunos territorios
que ardieron adentro.
Recuerdo en el Sur, entre
grandes bosques y montañas
de violenta y afilada altura, la
huella de los incendios que
dejaron para mucho tiempo
antiguos y preciados bosques
destrozados. Cómo ardería el
fuego enloquecido entonces,
en qué galopes desbocados
cabalgaría el fuego para
devastar tantas regiones de
infinitos musgos acariciados y
altivos árboles memoriosos.
Trato de reconocerme y he
sentido adentro una región de
lo mío devastada. Apilo los
pocos restos que voy
encontrando. Hay cuerpos de
ceniza que se deshacen
cuando acerco mis manos.
Solo el silencio se multiplica
con esa derribada ceniza. Un
sol envuelto en el andrajoso
traje de la niebla, anestesiado,
vaga enumerando el polvo de
lo caído. Un viento se arrastra
como un animal herido
y propaga su aliento enfermo.
No hay sitio para el brillo de
una espada imposible. Rodó
la batalla de la furia sobre las
espaldas del día.