Y seguimos pidiendo la palabra: EL MUNDO FANTÁSTICO
Estaba Guillermo sentado en el parque, como todos los días a las 7:00 pm. Le gustaba estar solo y prefería las áreas oscuras. Tenía una extraña afición por algunos insectos. El que más le encantaba era la cucaracha.
Viendo hacia la oscuridad, Guillermo logró detectar un pequeño objeto en movimiento, era su insecto favorito. Se dirigió hacia él y cada vez que se acercaba, el insecto se alejaba. En el camine del chico hacia el insecto, tropezó y cayó por una alcantarilla destapada. Cuando su cuerpo impactó contra el piso, se encontraba en un lugar completamente distinto. Era todo colorido y fantástico. Caminó por dicho lugar. Se encontró con todo tipo de animales extraños así como por dos o tres animales normales.
Al tocar una flor que se encontró, se derritió como un hielo en calor. Pasó lo mismo con todo lo que tocaba. Siguió caminando y alcanzó a notar otro objeto diminuto. Rosa con manchas verdes fosforescentes. Era idéntico a una cucaracha. Lo siguió corriendo. Para su mala suerte, volvió a tropezar, pero esta vez cayó hacia arriba como levitando. Sentía que su cabello castaño claro y lacio se elevaba. Su cuerpo de un adolescente común hacia que aumentara su velocidad, perdiendo la conciencia después de unos segundos. Cuando abrió los ojos, se encontraba en el lugar de donde había partido por primera vez. Se levantó y miró hacia a su alrededor; se encontraba solo. Siguió caminando se sentó en una banca como si nada hubiera pasado y observó como siempre el parque y buscó insectos con la mirada.