Y seguimos pidiendo la palabra: DE NOCHE LOS AMORES SON PARDOS
I
No hay palabra, ni canto de paloma,
ni roce, ni suspiro, ni silencio,
que puedan expresar la frase virgen
con que yo quiero hablarte
Elías Nandino
Otra vez buscando
flautas en las tardes
para musicalizar este canto
que ambiciona voces.
(Cuando quedamos quietos,
mirando a la pared, inmóviles,
no es la pared lo que vemos,
sino el ojo de la pared)
Escucho el aire
y recorro el tiempo
entre suspiros agitados
y caricias suaves del frío
en tu espalda verde;
ayer no existe
solo hoy
con alma de invierno
y sangre nueva;
la persecución de estas voces
incita a las palabras
nombrarse a sí mismas:
palabras.