Y seguimos pidiendo la palabra: NOCTURNOS
I
La viuda despierta.
Su aliento es un llanto desnudo
que viste de luto la palabra más ligera,
su silencio ha dado paso al alboroto de las nubes
-Es ahora su voz la de los muertos-
Bebe poco,
un par de espejos cada tarde
hasta que la sangre en su mirada
convierte sombras en fogatas.
Entonces baila
y sale hacia la noche
con la gasa del viento en las mejillas
a pasear la tumba fresca de su cuerpo.