Y seguimos pidiendo la palabra: LOS SUEÑOS DE LA EVA
La Eva de mi Edén tiene en sus ojos las aguas del Rin y en su boca el torrente del Sena. Se pasea en unos zuecos de viento y regala rosas exóticas a todas sus criaturas. Aunque nunca se cansa le gusta refrescarse en un diván que trae desde Marruecos obsequio de un mercader egipcio.
Mi Eva sin Adán danza y canta como las sirenas, cobija en su huipil a un niño dios que siempre le acompaña con su risa y siempre le recuerda con una sola lágrima que este mundo tiene prisa no sabe de qué pero no importa.
La Eva de mi testamento toca el arpa con fantástica maestría porque se esmera como soldado de plomo, mas sabe volar con alas mágicas de la mano de Morfeo hasta que al sol le da la gana.
Esta Eva de mi paraíso sonríe con bíblica alegría. Cada vez que dice dice adiós se fuga entre violines y claves, kubahis, tenábaris y címbalos. Atraviesa el mar sin vacilar y cuando menos lo deseas te manda pergamino intemporal dentro de una botella de vino que su estela borra celosa del misterio de su travesía.
Esta Eva mar y arena menos mal que tiene una gata loca que se escapa con la luna y cuando llena, te avisa que está bien y ronronea sus grandes ilusiones al mundo: los sueños de la Eva.
Oscar Mayoral Verano 2012, Hermosillo.