EDÉN AZUL DE LAS DELICIAS
Me pierdo
en el abismo eterno de tus ojos.
Me aferro a la arena,
pero me llaman las sirenas que te habitan en el sexo.
Obedezco y me pongo a cogerlas…
cual si fueran perlas.
Entonces me enamoro.
Me enamoro.
Me enamoro.
Caigo sin voluntad en el edén azul de las delicias.