Y seguimos pidiendo la palabra: Caminos
Donde acaba tu pueblo hay un camino
con columpios y bancos amorosos
un camino de adelfas y claveles
donde todos los pasos se terminan
manos unidas frente a un sol herido
allí comienza un mar de lomas verdes
mar de espigas doradas y ondulantes
surcada por veleros o molinos
y caballos que saltan en sus olas.
Donde acaba mi pueblo hay un camino
con columpios y bancos amorosos
un camino de lirio y buganvilia
donde comienzan todas las pisadas
manos unidas frente al sol que nace
allí se extiende un campo azul e inquieto
las líquidas parcelas florecidas
sembrada de veleros o molinos
y delfines que trotan en sus eras.
Y por esos caminos de la mano
caminamos sin prisas ni razones
cada uno en su camino y en su pueblo
y cuando te detienes y me miras
se confunden henchidos los paisajes
se consumen vencidas las distancias.
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yanitza carolina jacinto castro