Y seguimos pidiendo la palabra: DE LOS LABIOS
I
Se te caen las tardes de los hombros, cargadora de soles:
las puntas del cielo se tocan, como tus rodillas.
Siempre serás, en el hueco de los labios,
una pared de mar que se derrumba,
para que pase, sin ahogarse, tu lengua hasta la mía.
Siempre estarás donde el silencio no se llama el “silencio”
sino mujer que abre un abanico de agua en la palma de su mano;
donde el corazón no bombea sangre sino brisa,
y la brisa es risa, y la risa
un ojo coqueto que mira y mira
y no sabe lo que mira;
por estar a solas sobre tu espalda y sentirla volar.
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Carmen Garcia