PROPÓSITOS DE AÑO NUEVO
Para Ana Martínez,
que me compró la idea
1. Ser más puntual: está mal llegar tarde por Andrés a la escuela.
2. Ser más paciente. Como mi abuela decía: “nadie se muere la víspera” y en cambio, con prisa, me arriesgo a trastabillar nuevamente en mi relación con su madre.
3. Terminar el trabajo sobre la “Cruzada de los niños”: el ejemplo de Esteban de Cloyes en los hechos de 1212 debe reconsiderarse al discutir la función del libre albedrío en la salvación del alma.
4. Aprender a hornear brownies: los sándwiches de nutella le gustan pero se está cansando y empieza a rechazarlos.
5. Orar más en memoria de papá: debo honrarlo profundamente y recordar que, como Cristo con el Padre y cada hombre con Él, lo que soy y he logrado es por su enseñanza y por criarme como a Su Hijo.
6. No faltar a las juntas de vecinos: en San Luis el trabajo comunitario fue muy útil porque conocí a fondo el barrio y a su gente. Trabajar por el bien de otros da mucha satisfacción y hasta buen nombre; me gusta pensar que incluso habrá quien me extrañe y quiera saber dónde estoy ahora.
7. Estudiar la mitología Mario Bros: nuestras conversaciones han decaído porque no entiendo de qué me habla y eso lo retrae. Me irrita no poder comunicarnos; su silencio hosco me hace sentir muy solo.
8. Respetar los semáforos y estacionar únicamente en zonas ad hoc: no quiero problemas con la policía
9. No insistir en revisarle la tarea: cuando tenía su edad, a Patricia le molestaba el ofrecimiento y alguna vez dejó de venir por galletas hasta que prometí no preguntar más por la escuela.
10. Cultivar la compasión, especialmente con su madre: no es un mujer inteligente ni buena ‒desde mi perspectiva su egoismo no merecería consideración alguna‒ pero cuando él no esté, se amargará y no hay por qué aprontarle malos ratos.
11. Cumplir los acuerdos que haga con Andrés porque necesito saber que tengo su confianza; de otra forma ningún esfuerzo tendrá sentido ni alcanzaré el resto de mis propósitos de este año.
12. Ser más prolijo: el viernes, cuando guardamos su mochila en la cajuela, estuvo a punto de encontrar la chamarra de Kitty que Patricia usaba en San Luis durante el invierno... está manchada de sangre y enmohecida, no sé por qué se quedó cuando quemé el resto de sus cosas, pero con el calor que hace aquí tenerla conmigo es inexplicable y no quiero arriesgarme a que sospechen
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Esteban Beltrán
Ale Chávez
Rodrigo Bazán