Y seguimos pidiendo la palabra: DESCIFRANDO EL AIRE
I
Aún no descifro este silencio
ni este aire.
Mis manos desean tocar sus alas mudas
memorizar las danzas crepusculares que habitan
en el insomnio.
Y ni el viento me da razón
de sus labios
en esta espera en esta búsqueda
como la de las “ruinas circulares”
de tus alientos…
de tu no hablar hablando en los instantes
de angustia y dolores de todo tipo compartidos.
Dime tierra
si el fuego se hermana
con la luna cuando el aire pasa
y le deja, apenas,
una estela de silencio en torno suyo.
Los elementos ya no se hablan
se miran de reojo
y caminan sobre la orilla de las palabras
que día a día envejecen
que día a día mueren.