Y seguimos pidiendo la palabra: SIN JUICIO LA CONDENA
Son las calles de esta ciudad el aliento
tráfago sinfín de soledades
Amé un día
A quién le importa
Me reflejo en la corrupción de estas ruinas
en el eco de leyendas
en palabras a media voz que nadie invoca
Soy un cuerpo
En el centro de mi vientre te dibujas tú
enemigo
La ira que un día sentí quedó enterrada con el embate de tu piel en mi propio abismo
Y soy a plena luz lo que escondo
Y escucho tu silencio en mi conciencia
Veredicto del nunca jamás
Sin juicio la condena