Y seguimos pidiendo la palabra: PALABRAS PARA ADORNAR LA CASA
Juego en tus hombros al país de las
cosquillas
a sembrar tatuajes que florezcan
en tus ojos
a construir parajes y rehiletes
inauditos
clandestinamente canto
para que me oigan los pocitos de los
gatos
en la caja de arena de la playa más lejana
—terca a meterse por un resquicio
hacia la sala—
traída, en contrabando, un día
sudoroso
junto a una banca en celosía y arco
recto
terminada en tiesto reciclado
para adornar el ante techo donde
descansa la jornada
sombra y bendición de nuestros
días
al vaivén de un columpio efecto ola
regamos
con amor y con miradas
—vencida la fatiga y el tumulto
cotidiano—
la estancia de la luna desbordada
sobre el patio
donde una Virgen celosamente
guarda
esta casa y sus aromas
mientras descascara una granada
con estrellas
como hierba fugitiva a media calle
al tiempo de la brisa matutina.
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Alejandra