Y seguimos pidiendo la palabra: NO MIRES ATRÁS
Estás leyendo algo. Qué importa lo que es. Sigues. Sientes en tu cuello una brisa. No. Una respiración. Volteas detrás de ti, un poco disimulado para que nadie piense que en verdad sentiste lo que sentiste. Atrás quién sabe qué cosas podrían estar pasando. Has visto películas de terror, sabes cómo funciona esto. Empiezas a tararear despacio una melodía que te vino a la cabeza.
Escena siguiente.
Alguien escucha lejana la melodía, se oye obstruida por algo, pero se escucha. Puede que ese alguien esté en la oscuridad que ahora cubre tus espaldas. Te lo imaginas, su respiración paciente, esperando. Volteas nuevamente, ves oscuridad, pero todo en orden. Tratas de tranquilizarte, pero la imagen de alguien en la penumbra esperando con un hacha te perturba. Piensas ¿por qué con un hacha? La voz atrás de ti dice:
―Porque es un clásico.