Y seguimos pidiendo la palabra: HORAMADURA
Polulardiez a diez de acerogrita
a la mitad del sótano del metro.
Son horas de párpadoshuidizos,
zarpan los vagonesroncos.
La carne convicta a los temblores
agobiadapor la masadigestiva.
La estatuaobesa del mito,
lasabiaintransigencia,
húmedatestaunívoca,
abreva del jugohumano.
Hay ratasgigantescas en el túnel,
unahistoria de chicles en el piso,
unafornidapoblación de piedras.
El zapatorojo de lasdiezrompe el baile.
Las miradas se agolpancomopájaros de hielo.
En lasesquinas se pactan los deseos.
Pequeños hombres de camisasrotas
llenan de saltos los andenes.
Un maquillajeazulpara el gestosuspensivo,
losfuerosarrogados, laspremuras,
lasmínimasmolestias, la plenitudforzada,
lacantidad de polvo en el aliento.
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Alejandra