Y seguimos pidiendo la palabra: BAJO LA FALDA DE LA LLUVIA III
¿Qué hacemos con esta tormenta
que desataron nuestros cabellos
enmarañados y juntos?
Están vencidas las ramas viejas
de nosotros porque este viento sacude
las altas frondas sin clemencia
Solo lo vivo, lo vibrante
perdura y se sostiene ante estas ráfagas
La hojarasca se derrumba
y es una cascada de oro perdido
en la boca de la tarde fría
Solo el bosque de nuestros instantes
juntos, levantados,
y los murmullos de las avecillas
saltando de rama en rama,
la niebla y su fulgor y su manto
y el aroma que nos envuelve
se sostienen y permanecen intactos
y deleitosos ante la furia
Y vemos tanta quebrazón
de nosotros mismos
desde lo vivo de nosotros mismo
y agradecemos y nos despedimos
y lloramos y reímos