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Y seguimos pidiendo la palabra: HISTORIA MISTERIOSA Y CON FINAL PENDIENTE, PERO PROMETIDO

Escrito por Lucas Sin Chaveta en Miércoles, 02 Agosto 2023. Publicado en Literatura, Política

Ojo Que Mira a Través Del Agujero En El Papel Imagen de archivo - Imagen de  gente, macro: 44518833

Parte 1

                                                                                 

                                                                                          Your head will collapse

                                                                                           but there’s nothing in it

 

                                                                                            Pixies, Where is my Mind

                                                                                             

 

Tras contemplar las letras de neón rosa que adornaban la fachada, el hombre supo que era el lugar correcto. “Míster Negro, el mejor téibol de la ciudad”, dijo para sus adentros. Sonrió, seguro de que ahí encontraría lo que necesitaba. Los guardias de la entrada, dudaron en dejarlo pasar; su apariencia era por lo menos desconcertante: viejo y calvo, con lentes oscuros a semejantes horas; vestido con pantalones de mezclilla deslavados y una camiseta negra. Cuando el primer billete de la noche brotó de la cartera Armani, su actitud cambió por completo. “Adelante señor”, “pase usted señor”, “que disfrute el espectáculo…señor”: Un intercambio de sonrisas y las puertas se abrieron a un mundo de humo y lujuria.

            En el interior, cómodo en una mesa del fondo, tras ordenar una coca-cero y encender un cigarro, dedicó su atención a la bailarina que en el escenario,  sujeta únicamente con las piernas se deslizaba a lo largo del tubo, de tal forma que su cabellera se precipitaba en una cascada azabache. La ilusión de ingravidez y su audacia para jugar a pesar del riesgo de partirse el cuello, le resultaron cualidades fascinantes. En definitiva debía tenerla en consideración.

            Otras jóvenes mujeres (y algunas no tan jóvenes), presentaron sus actos, y a veces si algo le gustaba, bajaba la vista  para escribir en una libreta. Finalmente sólo dos lograron impresionarlo; ellas eran las indicadas: la morenaza del tubo y otra que vestida como enfermera, auscultó en el escenario a un paciente sacado de la clientela. Ideas, ideas…

            Después de un rato entregó la hoja de papel a un mesero que soltó una carcajada al leer los dos nombres garabateados en ella; el segundo billete verde de la noche lo dejó callado. Sin perder tiempo hizo unas señas. Tábata y Osiris acudieron a la mesa. El mesero no se fue, se frotaba las manos, se lamía los labios. Una de las mujeres lo corrió con ademán felino. Obedeció cabizbajo, no obtuvo más propina.

            —Damas, debo decir que ustedes son lo único bueno de este  congal que se las da de high class.

            Las mujeres no dejaron de contonearse, apretaban el abdomen y las nalgas; se aseguraban de engatusarlo. El hombre intuyó que su apariencia ya no era tomada en cuenta, seguramente la noticia de su boyante capital ya se había esparcido; sonrió al imaginar que el signo de dólares titilaba  en sus pupilas.

            — ¿Por qué lo dices, papi?  —ronronearon.

            —Ustedes con sus tetas rebosantes y sus traseros firmes, son perfectas.

            —Hmm…Gracias, me encanta que pienses así, y entonces… ¿qué puedo hacer por ti?

            —¿Que podemos…?  —corrigió Tábata.

            —Seré breve. Quiero darle una sorpresa a unos muchachos que conozco.

            —Suena interesante, y ¿cómo son los chavos?

            —Buenos chicos. Hermanos, universitarios, guapos…Sin estrenar. 

            Las lenguas brillaron húmedas al asomar de sus bocas.

            — ¿De cuánto  hablamos?  —el hombre les mostró un sobre.

            — Aquí hay cincuenta mil pesos.

            —Es mucha lana. ¿Pues qué incluye este… servicio?

            —Nada peculiar. Realizar el coito… Coger, dicen aquí; follar en otros lares. Follar y coger, por horas, en todas las posiciones que sepan; si es que tienen el aguante. ¿Lo tienen?

            — ¿Por cincuenta?

            —Ni un centavo más, ni un peso menos.

            —La verdad es que nunca se me ha hecho… estrenar a nadie

          — ¿Neta? —inquirió la otra bailarina.

—Sí, aunque no lo creas….

El hombre siguió la conversación intrigado por lo peculiar de su dinámica.

          — ¿Pues que esperamos? ¡Además es excelente paga!  Hay que entrarle…

          — ¡Sí!

 Empezaron a reírse coquetamente.  Él, sonrió con satisfacción

            — ¡Perfecto! Mi asistente pasará por ustedes.

 

*Nota: si lees esto y deseas conocer la continuación, basta con que mandes un correo a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.   o envíes un mensaje por facebook.com/sudcalifornios; también puedes dejar un comentario en el sitio.  Si tú, estimado lector, estás interesado en conocer el tinte que cobra esta historia y me lo dejas saber, puedes estar seguro de que la próxima semana se publicará la segunda parte.

**Si no se recibe ningún mensaje, este pobre escrito muere con el último punto de este capítulo…

 

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Comentarios (2)

  • Esteban Beltrán

    Esteban Beltrán

    16 Marzo 2014 a las 10:01 |
    Quiero saber en qué termina, que sigue del estreno ¿podrías publicar lo que sigue? Por favor.
  • W.L.

    W.L.

    18 Marzo 2014 a las 20:51 |
    Quiero continuar leyendo esta historia.

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