Y seguimos pidiendo la palabra: CÓMO COMPORTARSE EN UN TEATRO
El lunes pasado asistí con mi hijo a la proyección de Le Comte Or desde el Met de Nueva York en el Galerías. Antes pagué online los mejores lugares de la sala, y pensé orgulloso que Hermosillo ya no era aquel cortijo que muchos creen. Al sentarnos en la oscura sala (porque el cácaro nunca prende la luz en las funciones de arte) me percaté, por mi sentido del tacto trasero, de que unas señoras ocupaban nuestros asientos "viaipí". En actitud uruchurtesca y para salvar la honra de las emperejiladas matronas, me incorporé presto de su regazo maternal tratando de no derramar palomitas ni soda mientras le ofrecía una vistosa disculpa con ademanes dignos de Pierrot. Ocupamos los asientos contiguos y empezó nuestra tortura: Las distinguidas usaron la Obertura para ponerse al día; en el pizzicato se reían discretamente de habernos ganado los lugares; a la condesa Adèle le adivinaban la talla del sostén en cada intervención; los re sobreagudos del Conde eran opacados por expresiones como ¡Qué gaznate! ¡Qué vozarrón! ¡Ay méndigo! ¡Ya ni Chente! Cualquier intento por solicitar su silencio era tomado como ofensa. Al final la ópera cómica de Rossini me pareció una tragedia griega. Esto sumado a anteriores y frustrantes experiencias en las que hacía más ruido el público que la Filarmónica, o que producían más lúmenes los view finders que Jesús Maldonado, me hizo prometer a mi hijo publicar el capítulo V del “Manual de urbanidad y buenas maneras para uso de la juventud de ambos sexos en el cual se encuentran las principales reglas de civilidad y etiqueta que deben observarse en las diversas situaciones sociales, precedido de un breve tratado sobre los deberes morales del hombre”, alias El Manual del célebre músico y diplomático venezolano Manuel Antonio Carreño.
Al llegar a la casa desempolvamos emocionados la edición Appleton & Co. N.Y. (1854)del Manual que el propio Carreño autografiara a mi bisabuelo después del famoso recital de su hija Teresa Carreño en la Irving Hall de Nueva York en 1862. A continuación una transcripción libre del fulano Capítulo:
V: Del modo de conducirnos en los espectáculos
INGRESO AL TEATRO
(a) Llegue usted al menos 15 minutos antes del inicio por respeto al prójimo y al artista. (b) Sea cortés al solicitar pasar y al dejar pasar entre las butacas del teatro. (c) Si llega tarde, espere el siguiente intervalo, intermedio o aplauso para acomodarse. (d) Evite llevar sombrero o peinado tipo afro, pompadour, EPN o mohawk. (e) Si su boleto es numerado asegúrese de ocupar el lugar correcto.
COMPORTAMIENTO
(a) A menos que esté sufriendo un infarto, no hable o grite durante la función. (b) Vista dignamente, el espectáculo es el resultado de años de dedicación del artista. (c) No tome fotos con flash y oculte el viewfinder de su cámara. (d) Si a su lado está una persona de aspecto estrafalario o desagradable no sucumba de inmediato a su impulso de llamar al personal de seguridad, posiblemente se trate de un reconocido artista o intelectual (aunque ello no significa que usted esté a salvo). Si el sujeto le habla, asienta en todo momento, mas no crea en sus halagos pues es de mentes brillantes el sutil uso de la ironía y el mordaz sarcasmo. (e) No introduzca al teatro pepihuates, tostielotes o cualquier chatarra portmanteau, aunque su intención obviamente sea la de homenajear a Lewis Carroll. (f) Los duros con verdura definitivamente no se recomiendan, no por su aspecto sino porque su crujir puede coartar la inspiración del artista. (g) No lleve niños que no pueda mantener en silencio. (h) ¡Apague su celular!
VOCABULARIO
(a) Para guardar apariencias pronuncie usted T-E-A-T-R-O no TIATRO aunque sea más cómodo.(b) Sin embargo, pronuncie PIANO no P-E-A-N-O aunque suene más elegante. (c) VESTUARIO no DISFRAZ.(d) MAQUILLADO no PINTARRAJEADO. (e)COREOGRAFÍA no BAILABLE. (f)ATREZO no ADORNOS.(g)DIRECTOR no EL DEL PALITO.
EL APLAUSO
(a) Si el artista lo hace bien palmotee al final de la actuación. Si lo hace mal no abuchee, con su indiferencia basta, el artista ya se auto flagela lo suficiente aunque lo haga perfecto.
(b) En obras musicales de varias partes, se acostumbra aplaudir al terminar el último movimiento para no interrumpir su desarrollo. Si tiene dudas, mejor no tome la iniciativa y siga al líder. (c) No es necesario ovacionar siempre de pie al final de la función, salvo en los casos de una actuación extraordinaria o frente a una celebridad o en el festival de fin de cursos de su nieto. (d) Competir por ser el último en aplaudir puede ser divertido pero fastidioso y sus conocidos pueden tacharle de falta de madurez intelectual. (e) Lanzar tomates se considera pasado de moda o poco cool, aunque es sabido que las modas vuelven.
PERIODISMO CLTURAL
Si es usted periodista y reseñará el espectáculo no se limite a escribir que todo estuvo muy bonito y que asistió la esposa del gobernador, mejor infórmese y escriba algo crítico e inteligente por el amor de Dios.