Y seguimos pidiendo la palabra: HOY (descubrí en mis ojos)
Hoy descubrí en mis ojos
tu figura maltrecha
dormida en mariposas bellas,
efímeras;
aletear que se posa aquí
que se posa allá
y no hay pétalo que cuente su morir.
Hoy descubrí dentro de ti
ese rubí enmarañado en telarañas
_dice mi abuela que las telarañas
sirven para estancar la sangre de las heridas_
se te olvidó después lavarlas.
Hoy descubrí que el amor
se construye y se destruye,
parsimonia dulce,
palabra que resuena a mis defectos.
Hoy descubrí que no es verdad
el mundo no gira en torno nuestro
y que nosotros nunca giramos
en torno a nada.
Hoy descubrí que puedes
restregarte
y restregarme en otro cuerpo
y el mundo seguirá girando
y nosotros enterrados y enlodados
creeremos que es nuestro.
Hoy descubrí que no hay verdades absolutas
y me enseñaste a mentir en mi silencio.