Y seguimos pidiendo la palabra: APOLOGÍA DEL TROPIEZO
Cuando la Selección juega el mundo se detiene.
Los teléfonos no suenan,
la vida se retracta.
Cuando la Selección juega el balón se queda intacto,
lo que demuestra que el mundo no se mueve, sólo la bola.
Las conversaciones se interrumpen,
los abrazos se evaporan,
las casas se desmantelan,
se desenredan de su azar los aeropuertos,
los cruces peatonales,
las calles estrechas,
las escuelas no abren,
no se fundan cementerios
y el pan se quema en el horno
porque queremos ganar,
hacerlo bien ahora,
ser mejores,
trascender, blabla
etc.