Taller de la serpiente: CALLERÍO
Todo laberinto nace en su centro
y en sus laboriosos gestos
la instantánea esencia del olvido.
Vértigo reptil que se desgaja en borrosas raíces de tiempo y piedra.
Todo laberinto madura en la ceguera
de leyendas que se ovillan en callejones sin salida,
y la palabra oscura de juglares
que fragmentaron su grito en las bifurcaciones eternas de la errancia.
Todo laberinto muere en su repetición,
en la triste trama de hilos que tejen la imprudencia y el amor,
en la ruta descubierta que lo convierte en juego de niños
nido de hierba,
lecho del viento.
Queda en su lugar un espejo de párpados cerrados.