Y seguimos pidiendo la palabra: IRREMEDIABLE
Esta mañana de irremediables cabellos y superiores ojos,
me agiganta el alma.
Grandes e hinchados, también los brazos,
me estorban;
son tontos y aburren
con todas sus ganas de estrecharte.
Cómo me gustaría tener una fogata espontánea,
de esas que todo lo queman de manera impertinente,
para, al menos, calentarme con mi cuerpo tatemado,
mientras espero al tuyo.
Cómo me gustaría apoderarme del aire
con un brinco de gacela.
Pero así, lleno de alas, y sin tocarte,
esta mañana de irremediables cabellos y superiores ojos,
me acalambra:
a mí me sobra tu ausencia,
colma el vaso de mi cuerpo
y derrama mi alma, inútilmente.