Y seguimos pidiendo la palabra: LA CALLE Y EL OLVIDO
Las frías venas citadinas
dividen sueños, comparten miedos
por ahí llevan al recién nacido,
donde pasó la carroza del que ha partido.
Quizá los únicos dos lugares donde todos somos iguales
son el panteón y las calles.
Todo esto tan avieso lleno de recuerdos
Me hizo mudarme, ya no vivo en la calle que esta en mi domicilio
Sino en aquella donde nos despedimos y nos hemos convertido:
tu en fotografías, yo en el álbum de ellas.