Y seguimos pidiendo la palabra: MELANCOLÍA
(Apuntes para un bestiario)
Pare sus mejores crías los domingos por la tarde en ciudades ensimismadas que adelantan la vuelta a la escuela y el trabajo. Se cuela por la ventana y rebota en los silencios de la calle y repta por la televisión en que no hay sino películas viejas y se agazapa tras de cada libro que intentas leer queriendo ahuyentarla. No se conoce su origen pero está claro que tiene que ver con las alas perdidas y la nostalgia del viento corriendo en las plumas de tus omóplatos ayer que eras un águila. O, mejor, con la poca agua que cabe en el baño y la sensación de encierro ahora que has dejado la playa. Hay incluso, niñas que dicen que sale del hoyo inmenso que deja en el jardín el castillo de la reina cuando desaparece el sábado en la tarde mientras ellas meriendan, que es como una babosa del jardín mismo que sube lenta por el ánimo pero lo va dejando marcado con su hilito de plata y salva de sonreír siempre como aquellos que vende dientes...