Y seguimos pidiendo la palabra: NOCTURNO AL FACEBOOK
Pues bien, yo necesito
decirle al Facebook,
decirle que lo tomo
con toda mi adicción;
que es mucho lo que vago,
que es mucho lo que pierdo,
que ya no puedo tanto,
y al chat en que lo escribo
escribo y tacho el nombre
de la computación.
De noche cuando enciendo
mis sienes en pantalla,
y hacia otro mundo quiero
mi espíritu lanzar,
navego mucho, mucho
y al fin de la chateada
las formas del Facebook
se pierden en la nada,
y nada nuevo escribo
en el muro de los otros.
Comprendo que los textos
jamás han de ser reales;
comprendo que en las fotos
no me he de ver jamás;
y me cansa, y en mis locos
y desvelados devaneos
maldigo sus desmadres,
rechazo sus desvíos,
y en vez de saber menos
me encierro mucho más.
A veces pienso en darle
mi eterna despedida,
borrarlo en mis recuerdos
y huir de esta razón;
mas si es en vano todo
y la ansiedad no lo olvida,
¡qué quieres, Face, que yo haga,
instante del instante;
qué quieres, Face, que yo haga
con este monitor!
Y luego que ya estaban
concluidos los anuncios,
la noche retardada
el nombre en la página,
la barra espaciadora
persiguiendo las palabras,
chispeando los amigos
que nunca has conocido,
y abierta allá a lo lejos
la contraseña de los chat...
Yo quiero que se sepa
que hace muchos días
las imágenes se pierden
de tanto no dormir;
que ya se han muerto todas
las ideas del Facebook;
que están las noches cortas,
tan cortas y asombradas
que ya no se sabe dónde
se acaba esto de escribir.
¡Qué feo hubiera sido
vivir bajo aquel tiempo,
todos unidos siempre
y ansiándonos lo mismo;
siempre entretenidos,
siempre en el teclado,
todos un alma sola,
todos un solo byte,
y en medio de nosotros
el Facebook como un Dios!
¡Figúrate qué jodidas
las horas de la vida!
¡Qué amargo y breve el viaje
por una tierra así!
Y yo pensaba en eso,
de tanto navegar,
y al detenerme en eso
con alma estremecida,
pensaba yo en ser vivo
por sí, no más por sí.
Bien sabe el Face que ése era
mi más ansiado sueño,
mi afán y terquedad,
mi dicha y mi placer;
¡bien sabe el Face que en nada
cifraba yo mi ahínco,
sino liberarme del ensueño
de estar perdiendo el tiempo
que me envolvió en sus redes
cuando me vio caer!
Esa era la locura...
mas ya que a sus suscritos
se opone el hondo abismo
que nos separa de la vida,
¡adiós por la última vez,
necesidad inmaterial;
la luz de las pantallas,
la energía de las luces,
la mira de los críticos,
la juventud, adiós!
Comentarios (2)
Jesús Carlos Madrid Enriquez
Tengo muchas fotografías y anécdotas que me gustaría compartirlas. Como puedo hacerlo?
Saludos cordiales
Editor M.
Agradecemos tu interés por este portal y su objetivo de promover los talentos y bellezas de nuestro precioso estado. Respecto a colaborar con nosotros compartiendo fotografías y anécdotas, será un placer. Entra en contacto vía correo electrónico, utilizando la siguiente dirección direcciongeneral@sudcalifornios.com.
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