Y seguimos pidiendo la palabra: NÓMADA
Bajo
el cielo indiferente,
acosado
por bullicio interminable,
mi corazón
cada vez más
desarraigado,
ajeno a estaciones conocidas,
clama en silencio
y ante el vaivén del mar
que ilumina el relámpago,
queda anulado
para siempre
el horizonte.