REPRESENTACIONES
A la Escuela de Arte teatral del INBA y a sus brillantes alumnos y maestros.
I.
La luz que llueve fresca allá en la duela
la convierte en ventana
y reluce en sus brillos coloridos
el delirio vicioso de los cielos
y al abrir como un libro su impostura
aparece reciente el mundo niño
el mundo sí, luchando
por el derecho a ser un mundo cierto
parejo al que soñamos.
Y después de la luz todo se hace:
la vista del amor y de la muerte,
la fuerza del deseo y las sospechas
congeladas, el vicio y la pureza,
y el joven capitán en Dinamarca
y su ambición y sueños en Polonia
y águilas y caballos y castillos
cortinas, flores, cielos, caballeros,
dioses, espadas, fosas y fantasmas;
y más: los reinos y la tierra oculta,
la corriente que arrastra vidas piedras
y el mar tan desmedido y sus sorpresas.
En esa boca oscura todo cabe
en ese cuarto abierto nada falta
allí para tus ojos todo existe
niegan la frágil tela de los bosques
olvidan la madera de la espada
la corona de lata y los telones
materia que es la causa de sus sueños.
II.
En el silencio sobre ti retumba
de la tumba una voz resucitada
que ha movido la piedra y ha dejado
la mortaja de polvo que atesora
del olvido un librero.
Se levanta y camina el hombre inglés
de nueva cuenta joven
nuevamente cronista
de la locura de ese dios que crea
y destruye su obra
por una arcana sed inconcebible
nuevamente su pecho es un espejo
para tu corazón
también su duda es otra vez la tuya
y con su mano empuñas el cuchillo
del héroe. Los tres son uno y laten
con una sola fuerza para hacer
de la palabra la luz.
III.
Estas fueron las manos milagrosas
las que la piedra sepulcral movieron
las que dieron la orden
las que primero el sueño recordaron
las que curaron del olvido al muerto
este es el hombre que ha erigido el sueño
jugando a ser un dios todas las tardes
su palabra se vuelve barro humano
amolda corazones
dicha, muerte, pasión, paz, soledad
él sabe los caminos.
es el que está más solo
es por eso que busca en otros pechos
el agua que refleje su corola
y acorte la distancia entre las almas
también busca tu alma
pues ésa es la razón de su destino
que tus ojos confirman.
IV.
Algunas almas nacen ya desnudas
tan verdaderas que se fingen sueños
que para ser de cierto se disfrazan.
Esas almas te quieren de testigo
dirás que en ellas luchan los deseos
y se debaten muertes y placeres
pero nunca sabrás reconocerlas.
Es fatal que así sea
pues has sentido su infinito amor
que las lleva a tener cara de espejo
a dar su cuerpo en la creación del sueño
a vestir sentimientos de prestado
a morir cada noche por un verso
todo por encontrarte
porque tú las encuentres y las ames.
V.
Tus ojos quieren el honesto engaño
de mirar en sus ojos el divino
brillo tras la máscara y la historia
que hermana las miradas
tú viniste a buscar en su agonía
el ritmo de tu pecho
para sentir con ellos que estás vivo.
para sentir con ellos que tú vives
más vida de lo que jamás soñaste
vivir en una noche como ésta.
viniste a renacer en este espejo
para ganarle un tiempo a tu sentencia
y vivir los prodigios sin vivirlos.
VI.
Reunidos todos en el mismo anhelo
encontramos la noche dilatada
cuántas vidas y muertes en dos horas
cuántas pasiones, cuántos grandes hechos.
Un rey que paga el precio cruel del trono
es cómico que hiere en el oído
al rey que vive culpas asesinas
y halla que el mundo pasa
y que él ha de pasar
que el teatro del mundo telón tiene
que la noche se acaba y calla el verso.
al verlo reconoces a la muerte
sentada en la butaca junto a ti.
Sabes que oyes la vieja voz que un muerto
le ha prestado al actor que es otro espejo
has entrado al salón de los reflejos
y te sientes actor de un sueño injusto
el sueño en el que quiero verte humano.
Nos gusta vernos en el agua quieta
admirar la belleza de estar vivos
el miedo a envejecer
desde aquí yo te miro y en tus gestos
espantado descubro mis tristezas
te compadezco y yo me compadezco
por eso es que me afano, porque vivas
lo que no he de vivir
en la memoria de los nuevos hombres,
por ver si el que me sueña se enternece
y aligera este cántaro vacío
más ligero entre más lleno que cargo.
Sólo eso nos hermana, pero igual
nos deja solos, tristes.
El mismo fuego en mil hogueras otras.
VII.
Y al apagarse, tarde ya, las luces
y quedarse la sala abandonada
ya no existen los reyes ni los reinos
ya se han ido los sueños y la magia
no la anima la voz ni el gesto humano
es testigo el silencio
de que el drama termina.
Ya sólo el viento mueve las cortinas,
volando va un papel en su alegría
inútil, donde están impresos nombres
como en un epitafio.