Y seguimos pidiendo la palabra: SILENCIOS
Tendría que explicar muchas cosas para llegar al centro del asunto, no son más que palabras enredadas en bocas cerradas. Y si a través de las ramas de aquellos árboles donde te escondes, la luz se filtrara, todo sería más fácil. Las dudas comienzan a enredarse en tu cuerpo, tal como lo hacen las enredaderas en los viejos muros, y las respuestas no florecen, aunque sea ya primavera. Tus gritos de terror se confunden con los míos, y ambas sonrisas se desvanecen cuando la luna no nos observa.
Otras veces amanece muy tarde, y el sol está arriba, pero tú estás abajo…deseando que las mentiras te escondan. Al final del día las dudas te han cubierto por completo y las respuestas no han florecido, lo único que ha quedado, eres tú, bajo la luna, en el Jardín del silencio.