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Yo sólo quería flores

Escrito por Justine Hernández en Miércoles, 23 Febrero 2022. Publicado en Columnistas, Columnistas BCS , Cultura, Literatura, Narración, Poesía

pink-petaled rose flower

Espero mucho de las personas que amo-demasiado quizás-
Espero y hasta pido. Pero no sé exigir” S.B.
 
Es una pena que uno no pueda querer a la gente como quiere que la quieran, y que la gente no pueda querernos como nosotros queremos que nos quieran. (Yo sólo quería flores). En esto del amor la complicación nace de qué todos tenemos expectativas, ya no se diga altas o estándar, sino expectativas propias, subjetivas, personales. Entonces mi cabeza piensa que: si tú me quieres… entonces… y si yo te quiero… entonces… Y lo que pasa es que nunca nos ponemos de acuerdo.

Alguna vez dije “No crear expectativas, vivir el momento” consecuencia directa: censura.

Sin embargo ¿Qué otra cosa hacemos que no sea eso? Ahí vamos por la vida enamorando y enamorándonos, amando y desamando sin pensar, sin detenernos, rompemos corazones y nos rompemos el alma, sentimos… nos es inevitable. Yo quiero de una forma errática, lo quiero todo y hay quien dice que “no tengo límites”, quiero con todas mis fuerzas, con todas mis ganas, con todo lo que tengo y todo lo que soy. No puedo tenerlo todo, aunque lo quiera, lo sé, pero eso no hace que no lo quiera. Lo sigo intentando. (Yo sólo quería flores). Soy una suicida amorosa, voy, vengo, me aviento sin paracaídas y sin casco. Pero siempre trato de ser lo más clara posible. Establezco el espacio en el que puedo moverme y no prometo mucho. Tampoco espero mucho, soy consciente de la naturaleza cambiante de los seres humanos, de los arrebatos y las bruscas modificaciones de las distintas realidades. Pero eso no es suficiente. Desgraciadamente hemos aprendido que el amor implica posesión. El ego nos hace querer ser prioritarios del otro, porque además pensamos que: “si nos ama debemos serlo”. Amar libremente, sin tapujos, sin condiciones, sin límites, sin encadenar ni encadenarse, supongo que es privilegio de pocas personas y de muchas neuronas. Finalmente el corazón es sólo un músculo. Todo está en la mente. El amor rosa, el deseo, el enamoramiento, es otra cosa, “vericuetos químicos”(deliciosos).
 
 
…Yo sólo quería flores, un café, una tarde haciendo nada, un orgasmo compartido, un silencio respetuoso, una admiración mutua, un momento presente, un querer estar más allá de la historia… “vayamos al balcón a ver llover”...

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