Obra de Anthony Rojas.
Recuerden que esta sección pretende ser el espacio para que los jóvenes sudcalifornianos den a conocer sus proyectos, sus obras, su pasión, la forma en la que extraen de la turbia realidad, la inquebrantable esencia.
No nos hemos rendido ante la violencia y la opresión, existe una lucha de por medio, un esfuerzo que se hace para subsistir, para alcanzar; existe ya en cada proyecto, cada propuesta, cada reto, un develamiento, humano, creativo, artístico, esperanzado, lozano.
Recordemos que la revolución de una sociedad significa la ruptura de lo establecido, es el movimiento hacia un futuro, esperanzadamente mejor.
Démosle valor a la diferencia: étnica, política, religiosa, sexual, cultural…hagamos esta revolución, una de la No violencia.
Ahora, quiero presentarles a un hombre y su creación.
Pensemos en una obra, que desde su incubación transformó por completo la vida de su autor.
Anthony Rojas, nació el 11 de septiembre de 1976, en Harbor City, California y conquistado por el puerto de ilusión, desde hace más de seis años radica en esta ciudad.
A sus diecinueve años Anthony comenzó a trabajar como chofer de camiones de carga, así pasaron casi diez años de su vida, el llegó a creer que su futuro sería ese, lograba verse como un anciano arriba de su tráiler, contento con aquel empleo que le ayudaba a vivir; pero de pronto como en un cuento, en una etapa difícil de su vida, se encuentra con algo tan sencillo como un lápiz y un papel, y es así como su metamorfosis comienza.
Su talento para el dibujo y la pintura lo tomó por sorpresa a los 28 años y hasta el día de hoy a sus 37 años es algo que lo sigue maravillando.
Anthony nos cuenta, que cuando está frente al papel, el tiempo se disloca, su mente parece desprenderse de su cuerpo.
Diariamente su creación revoluciona su propia vida, le regala felicidad.
Todo ha sido fortuito, desde su primera exposición en su ciudad natal, hasta la llegada a este puerto, el se ha ido abriendo paso entre la técnica y la realización.
Pero el encuentro consigo mismo no ha sido todo para éste artista, ya que vislumbra como siguiente paso, el transmitir sus conocimientos, compartir su talento con otras personas, convenciéndolos de que el arte no sólo expresa lo que deseemos, sino transfigura esta violenta realidad en la que vivimos.
Cuando le preguntamos a Anthony acerca de la inspiración, curiosamente nos responde que, no cree en la búsqueda de inspiración, cree en comenzar a trabajar, a creer y a crear, y es ahí cuando las musas tarde o temprano llegan.
La vida de este alegre hombre no conoce el tedio, pues basta con cerrar los ojos e imaginar un nuevo escenario para volar hacia allá.
Así continua Anthony día a día, inventándose y plasmando en el papel escenarios para perfectos para él.
Comentarios (4)
diana hernandez
ana melin
HUMBERTO FRANCO
Vivi en La Paz, me gusta la pintura, también escribo.
Gloria Laura Fox