Las Perlas de La Paz
En Baja California Sur los españoles encontraron algo que llamó su atención, no fueron los atardeceres ni la combinación de mar y desierto, fueron las perlas.
Los antiguos californios descubrieron las perlas que se encontraban en las costas, desde el Coromuel hasta la Bahía de Las Palmas y desde San Juan de La Costa hasta el Canal de San José, las islas como Espíritu Santo y San José también poseían en sus aguas hermosas perlas, los nativos las utilizaban para adornar sus collares, penachos, diademas y cinturones.
Los españoles se percataron rápidamente de las perlas y despertó su codicia, de este modo llegaron rumores hasta la Corona Española de una isla repleta de perlas y oro donde solo habitaban mujeres, de todo esto solamente el informe de las perlas era cierto. Fue así como la ambición de los españoles inició con una explotación incontrolable de perlas en aguas californianas, tanto que el siglo XVII fue bautizado como “Siglo de los buscadores de perlas.”
Pero como todo en exceso es malo llegó el primer impacto ecológico registrado en la historia del Golfo, las perlas se agotaron después de 150 años de desmesurada extracción, esto ocasionó que La Paz perdiera la fama que había obtenido.
En 1830 el francés Cambier decidió comenzar a comercializar con la concha perla ya que en Europa la utilizaban para elaborar diferentes objetos, gracias a esto hubo empleos y un crecimiento económico notable que llevó a La Paz a convertirse en un puerto comercial, 40 años después llegó el traje de buceo y pudieron encontrar perlas que se habían salvado de la explotación, hecho que provocó un crecimiento mayor.