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Crisol Internacional: "Chiapas, México- en el alma de la naturaleza"

Escrito por Andrea König Fleischer en Sábado, 29 Diciembre 2018. Publicado en Aventura, Cultura, Sociedad

En la vida podemos emprender diferentes tipos de viajes tanto a destinos exóticos o muy lejanos, como  también viajes imaginarios, virtuales o los llamados “tours” con todo incluido, pero podemos optar por recorridos  mochileros o en total contraste por viajes “nice” con considerable confort y opulento consentimiento, pero no hay como  los viajes de aventuras, cuando experimentamos cada mañana una nueva hazaña y los eventos cotidianos nos toman por sorpresa y literalmente  tenemos que dejarnos  fluir y apoyarnos en  la experiencia. A su vez, podemos tener la suerte y fortuna de habernos convertido en auténticos trotamundos y conocer grandes urbes como por ejemplo: Nueva York, Londres, Paris, Roma, Berlín, El Cairo y la gran Ciudad de México, o haber tenido el privilegio de disfrutar  de  paisajes  naturales como las legendarias regiones montañosas de Escocia, los bosques  de encanto  de Europa Central,  las  pintorescas costas del Mediterráneo, las  infinitas estepas del Este de África, pero sinceramente, no hay como hacer un viaje hacia “ lo tuyo” o “casi tuyo” , cuando lo has adoptado con cariño, es decir reconquistar la “madre patria” de Norte a Sur. Quizás a algunos de nosotros se nos inculcó  el deseo de conocer desde nuestra tierna infancia,  primero un sitio como el Parque de Chapultepec en la Ciudad de México o bien el Hongo de Balandra, monumento natural situado a media hora  de La Paz, B.C.S., o en el caso personal, los enigmáticos bosques del Harz en Alemania, donde los Hermanos Grimm, se inspiraban para crear sus cuentos de hadas, con enanos y ogros,  antes de visitar Disneylandia  o a las metrópolis internacionales.  Si éste fuese el caso ¡qué afortunados!, que desde pequeños se nos educó hacia el aprecio por lo nuestro y aprender a valorar los recursos naturales, los monumentos históricos y de alguna forma  nuestro propio origen, del cual, por más lejos que nos movamos en el espacio y tiempo, jamás nos podremos desprender por completo en nuestras mentes y mucho menos en  nuestro corazón. También hay viajes, cuyo propósito es algo espiritual y por ende de profusa reflexión y nos resulta por ello  fascinante, profundo, de larga introspección y sobre todo,  de muchas y variadas  aventuras. Efectivamente como dice el dicho, “Como México no hay dos” y yo agregaría “Como Chiapas tampoco”… esa es  una tierra mágica y misteriosa en todos los sentidos de la percepción. Además,  pocos saben que  Chiapas provee el 28% de las reservas de agua del país, 47% de la energía hidroeléctrica y 30% de la vegetación de México, datos que merecen nuestra  consideración y respeto por la significativa aportación de ese estado a la economía y a la biodiversidad de nuestro país.  Después de los conflictos armados de los años noventa en esta zona,  existía un clima de incertidumbre, luego vislumbramos un  nuevo proceso de re estabilización social y del  cese  de todas las trifulcas y contradicciones diseminadas por los medios masivos de comunicación que sembraron el escepticismo, duda y quizás hasta aprensión en la opinión pública, tanto nacional como internacional, para no arriesgarse y visitar aquellas  verdes tierras del jaguar, de la grandeza y del esplendor del Imperio Maya, de las aguas azules cristalinas, indudablemente del exquisito café y sobre todo, del gran corazón  y  espíritu de su pueblo.  Ante estas realidades no hay más que arriesgarse, ya que no hay peor cosa que arrepentirse por no haber hecho algo así en la vida. Entonces,  iniciando en  Tuxtla Gutiérrez, donde las sonrisas francas de su gente  y el  gran sentido hospitalario al son de una Marimba. Hay que explorar las aguas e historias misteriosas que nos cuenta el caudaloso río Grijalva  y ver en el Cañón del Sumidero, asombrándonos con sus monumentales cañadas, siendo a veces  acompañados de cocodrilos y llegar a  ver el altar de piedra a la Virgen de Guadalupe, lo que  permite crear entonces una armonía entre naturaleza y espiritualidad.  San Cristóbal de las Casas, una joya eternamente colonial, con un clima fresco y placentero que nos ofrece y comparte un descanso cultural, ideal para todo viajero por sus pintorescos y coloridos callejones, andadores y mercados casi inigualables en folklor y sabor y la presencia de sus iglesias y templos que invitan al visitante a renovar su fe, cualquiera que esta sea y especialmente fortalecer su espíritu de aventura. Y si de sabores se trata, Chiapas es un paraíso culinario con bebidas tradicionales como el Pozol, chocolates calientes y reconfortantes y sabrosísimos cafés. El Estado cuenta con  gran variedad de  platillos preparados con especias y curiosamente menos chile que en otras regiones del país, como  son el delicioso Tasajo  (carne de res cortada en finas rebanadas, marinada en salsa de achiote), pollo en mole (una salsa preparada a base de chiles, especias y chocolate) y puerco en pipián (salsa con base de  semillas de calabaza). Pero basta también con comer un simple elote en un pueblito mágico como Zinacatán para saborear a toda esta región, con su aroma a leña, brillos de ámbar y el  inolvidable crisol multicolorido que va más allá de cualquier sueño, a través de los  trajes típicos de sus habitantes, sean Chamulas, Tzotziles, Tzeltales, Lacandones o Choles,  por mencionar solamente algunas de sus 12 etnias que trabajan arduamente para preservar sus culturas ancestrales. También hay que brindarle un tributo a los  sabrosisimos quesos de bola deOcosingo, que cuentan con una caducidad envidiable por la mayoría de los quesos del mundo y segura y secretamente el deseo oculto de todos los ratones internacionales. Esos quesos ya han conquistado los paladares exigentes  de los mercados mundiales. Otros tesoros que encierra  Chiapas son indudablemente sus  extensas zonas arqueológicas deToniná, Palenque, Bonampak y Yaxchilán, cuyas ruinas tienen una singular expresión de la  historia y del arte que para el  privilegiado visitante, puede recrearse  e imaginar  su propia versión de la historia pre-colonial y apartándose de la modernidad nos permite asombrarnos  con el genio arquitectónico de esos  antepasados. También es casi obligatorio para el viajero sumergirse en los bellos lagos multicolores, cascadas y ríos que invitan a la aventura pura, al gozo o al “relax” instantáneo, con un gran poder curativo. Chiapas, como muchos Estados de la República Mexicana tiene muchos rostros y  ellos están reflejados en sus paisajes naturales y humanos. Particularmente, las mujeres chiapanecas en sus diversas etnias y son sin duda excelentes artesanas, comerciantes y sobre todo, mujeres que luchan cada día por un mejor mañana y que como sus hermanas de otras regiones y de otros países  del mundo, se levantan muy temprano y no descansan hasta haber cumplido con su jornada de trabajo, que puede durar más de 20 horas al día…pero sin perder su amabilidad y una ternura característica  y única hacia su familia. Ahora bien, cuando años atrás se lanzó la campaña publicitaria “Ven a Chiapas” y se trato de reivindicar al estado  e impulsarlo   al mundo, atrayendo más visitas, se pudo muy bien cambiar una imagen deteriorada y despertar así un nuevo interés y una motivación para viajar  y visitar este  olvidado y paradisiaco rincón de México. Después de más de una década se ha logrado  captar muchas miradas  y escuchar más voces de esta parte de México, pero aún  faltan más apoyos para sus habitantes, sobre todos para sus mujeres y niños para lograr un mejor desarrollo, pero respetando,  sus derechos, sus costumbres, su patrimonio natural y cultural y entonces expresar: “Yo Siempre regresaré a Chiapas, por ser el alma de la naturaleza”.

 

P.S Más que cualquier bibliografía esta vez te recomiendo…” vivir tu propia aventura  en Chiapas”, ya que es seguro, bello e inolvidable.

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