Cultura empresarial: NOSOTROS
Resulta difícil entender que el integrante de una organización se exprese negativamente de ella e igualmente es difícil entender, aunque más explicable, que un empleado produzca sólo bajo estricta supervisión, o bien que sus únicas motivaciones para participar en actividades organizacionales sean lo económico o lo político.
El ambiente de participación ideal en una organización debe lograr que todo miembro de la misma hable de ella con mucho orgullo y que lo haga patente de este modo entre sus amigos y familiares. A su vez, es deseable que identifique sus valores personales con los de la organización, haciendo explícito un sentimiento de pertenencia e involucramiento en las acciones cotidianas de dicha organización.
Las razones del involucramiento de los miembros de una organización en sus actividades es difícil de entender. Sin embargo, en mucho ayuda a ello el trabajo de los líderes de sector o grupo en la organización. El estudio de diferentes casos de ejercicio de liderazgo ha dejado al descubierto que hay coincidencias en las acciones emprendidas por quien dirige dicha acción, resaltando cinco acciones fundamentales que ya hemos enumerado en artículos anteriores, mismas que son la fuerza motriz que les permite lograr hechos que van más allá de lo ordinario. En sus mejores momentos, nuestros líderes cambian el status quo, nos inspiran una visión futura compartida, nos fortalecen para ser capaces de actuar, ejemplifican el camino y nos motivan a enfrentar el reto junto con ellos.
Estas cinco prácticas no son exclusivas de tales personas, más bien son del dominio público y quien quiera enfrentar el reto del liderazgo puede construirlas. La mayoría de los líderes entrevistados sobre estas cinco acciones hacen ver cómo la tercera acción señalada, es decir, la de: “Fortalecer la capacidad de otros para actuar”, es considerada la más importante, ya que ayuda a promover la colaboración y a fortalecer a cada miembro de la organización para aumentar su capacidad participativa.
Nuestros líderes nos involucran de alguna forma para participar, sobre todo a quienes habrán de asumir los resultados de la acción emprendida, logrando que los demás quieran hacer un buen trabajo, fortaleciendo la colaboración, construyendo un equipo y otorgando tanto fuerza como poder a otros. Con ello, hacen que otros también deseen y sean capaces de actuar.
Los líderes no alcanzan el éxito por sí mismos, sino que el logro alcanzado proviene de la participación y colaboración de los demás. El mejor ejemplo de esto lo obtenemos al analizar la contestación de un líder al que se le preguntó sobre su mejor momento de acción, a lo cual contestó con una negativa: “No puedo contestar porque no soy yo, sino nosotros”. Esto es común en los casos estudiados, en los cuales los líderes orgullosamente comentan cómo el trabajo de equipo y la colaboración jugaron el papel fundamental para la acción ejecutada. El verdadero líder siempre adjudica el éxito al equipo, a aquellos que con su consejo, participación, involucramiento, sacrificio, coraje y trabajo han hecho posible que un determinado proyecto se realice. De esta forma, una sola palabra identifica con toda claridad la importancia de esta acción en la construcción del liderazgo: nosotros.
El principal efecto del fortalecimiento e involucramiento de los demás en un proyecto es el sentimiento de fortaleza, de capacidad y compromiso en dicha acción. Todo ello origina un sentimiento de pertenencia, poder y deseos de utilizar toda la energía para construir resultados extraordinarios.