EL HOMBRE DE LAS MANOS DE NUBE III
III
Te espero.
Toda la noche el vaho escurre en la ventana.
Opaca las luces de allá afuera.
Una tiricia tengo
una enfermedad de niño grillo
que no quiere sacudir sus alas.
De pie
la noche se derrama limpia.
Contemplo la calle
oscura
los ruidos de mi boca seca
(mi lengua sabe a mar profundo).
–Duérmete
mi niño
: papá vendrá de madrugada
a contarte todas las estrellas…
Cansado.