EL HOMBRE DE LAS MANOS DE NUBE VI
VI
Las manos trabajosas
y una canción de la mañana nos visita.
El tiempo vierte frágiles risas
que se desprenden
de nuestra buena suerte
en el ir y venir de las mareas.
La atmósfera asciende.
El alba se cuelga a mi cuello
hay que soportar el huracán
y luego desenterrar los barcos
debajo de la arena.
–No satures tu risa
de almendras agridulces.
Madre mañana habrá otro comienzo.